Meditaciones Metafísicas
(3ª Meditación)


Descartes (1596-1650)

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ACERCA DE LAS IDEAS

Unos pensamientos son como imágenes de las cosas, que son los únicos a los que conviene el nombre de idea, como cuando pienso un hombre una químera, el cielo, un ángel o Dios. Otros tienen además otras formas, como cuando deseo, temo, afirmo, niego; entonces aprehendo siempre alguna cosa como sujeto de mi reflexión.... Unos se llaman voluntades o afectos y los otros juicios........En lo que se refiere a las ideas, si se consideran en sí mismas y no las refiero a alguna otra cosa, no pueden ser propiamente falsas.....Por lo tanto nos restan solamente los juicios..........El principal error de ellos consiste en juzgar las ideas que existen en mí iguales o parecidas a las cosas que existen fuera de mí; puesto que si considerase tan solo a las ideas como maneras de mi pensamiento y no las refiriése a otras cosas, no podría ofrecer ocasión para errar..... Pues bien, de estas ideas, unas son innatas, otras adventicias y otras hechas por mí; puesto que la facultad de aprehender lo que son las cosas, qué es la verdad y qué es el pensamiento, no parece provenir de otro lugar que no sea mi propia naturaleza; en cuanto al hecho de oir un estrépito, ver el sol, sentir el fuego, ya he indicado que procede de ciertas cosas colocadas fuera de mí; y finalmente las sirenas, los hipógrifos y cosas parecidas son creadas por mí....Pues bien, he de examinar, en relación a las ideas tomadas de las cosas que existen fuera de mí, qué causa me mueve a juzgarlas parecidas a esas cosas..... Páreceme enseñarmelo la naturaleza ya que experimento que no dependen de mi voluntad.....se presentan sin mi consentimiento, ya que, quiera o no, siento el calor y por lo tanto considero que aquel sentido o idea de calor, procede de una cosa que no soy yo, es decir, del calor del fuego junto al que estoy sentado. Y no hay nada más razonable que juzgar que es esa cosa la que me envía su semejanza.... Cuando digo que he sido enseñado así por naturaleza, quiero decir tan sólo que algún ímpetu espontaneo me impulsa a creerlo y no que alguna luz natural me muestre que ello es verdadero.... La ideas que me son mostradas por la luz natural (por ejemplo, del hecho de que dude, se deduzca que existo) de ningún modo pueden ser dudosas, dado que no puede haber ninguna otra facultad a la que confíe tanto como a esta luz....pero en lo que se refiere a los ímpetus naturales, ya he observado con frecuencia que he sido arrastrado por ellos a la peor parte cuando se trataba de elegir el bien..........Pues bien, aunque estas ideas (adventicias) no dependan de mi voluntad, no por ello es seguro que procedan de cosas colocadas fuera de mí...quizás hay en mí alguna facultad, que no me es conocida todavía claramente, creadora de estas ideas......Pero, aunque procedieran de cosas ajenas a mí, no por ello se sigue que hayan de ser parecidas a ellas. Muy al contrario....como, por ejemplo, existen en mi mente dos ideas de sol, una adquirida por medio de los sentidos, que según creo, debe incluirse entre las ideas adventicias, en la que se me aparece muy pequeño, y otra tomada del estudio astronómico, es decir, de ciertas nociones que me son innatas o formadas por mí de cualquier otro modo...El cálculo demuestra que es precisamente la más lejana a la realidad aquella que parece proceder más directamente del sol mismo; lo que demuestra que yo, guiado por un ciego impulso, he creido existen cosas diferentes a mí que me enviaban sus imágenes... Por otro lado, es manifiesto que debe haber al menos igual realidad en una causa eficiente que en el efecto de dicha causa. Porque, ¿de dónde podría tomar su realidad el efecto a no ser de la causa? ¿Y de qué modo la causa puede otorgarla al efecto, a no ser que la poseea?....De aquí se deduce que....lo menos perfecto no puede crear a lo más perfecto. Pero todo lo dicho no solamente se aplica a los efectos cuya realidad es actual, sino tambien a las ideas....... Es decir, una piedra, por ejemplo,que no existía antes, no puede empezar a existir si no es producida por alguna cosa en la que exista todo aquello de lo que está compuesta la piedra....Por otra parte, no puede existir en mí la idea de calor o de una piedra a no ser que haya sido introducida en mí por una causa en la que exista al menos la misma capacidad de juicio que existe en mi....porque si suponemos que existe algo en la idea que no se encuentra en la causa, entonces esto lo posee de la nada.
¿Qué conclusión se ha de obtener de todo esto? ...La de que si la realidad objetiva de alguna de mis ideas es tal que esté seguro de que ella no existe en mi....y de que, por lo tanto, no puedo ser yo mismo la causa de tal idea, se sigue necesariamente que no soy yo el único ser existente, sino que existe tambien alguna otra cosa que es la causa de esa idea.....Ahora bien, entre estas ideas mías....existe una que representa a Dios, otra a las cosas corporeas....otra a los ángeles y otra a los hombres parecidos a mí.En lo que se refiere a las ideas que representan a los demás hombres y a los ángeles, veo  facilmente que han podido ser creadas de las ideas que tengo de mí mismo,de las cosas corporales y de Dios, aún cuando, a excepción de mí, no existiese en el mundo ningún hombre, ni ningún ángel. En lo que respecta a las ideas de las cosas corporales, no hay nada en ellas que no parezca que podría proceder de mi mismo.....Del mismo modo que con la cera, advierto que es poco lo que puedo percibir clara y distintamente: a saber, su magnitud, es decir, su extensión...su figura,....lo demás, como la luz, los colores y las restantes cualidades.......no lo pienso sino confusamente.........Las ideas de los seres corporeos, a saber, la extensión, la figura, el lugar, el movimiento, etc, no están contenidas en mí en tanto que soy solamente una cosa que piensa; pero como son tan sólo ciertos modos de la substancia y yo soy una substancia, parecer ser posible que estén contenidas en mi....Sólo queda considerar la idea de Dios.
Descartes. Meditaciones metafísicas. 3ª meditación
DESCARTES


SECCIÓN 1
Dios

Test1

Test2
Juego

SECCIÓN 2

Meditación1
Meditación2
Meditación4
Meditación5
Meditación6

SECCIÓN 3
Recursos
Principal
Textos





































PENSAMIENTOS

Con el descubrimiento del Cógito, ergo sum, Descartes, concibe de modo claro y distinto que es un substancia pensante, es decir, un ser que tiene pensamientos o ideas. Ahora bien, si Descartes finalizará aquí su investigación desembocaría en una especie de solipsismo al tener que reconocer que unicamente está seguro de que piensa pero que sobre los objetos de tal pensamiento sigue la duda. No se puede olvidar que, a estas alturas de su 3ª Meditación, la duda sobre la certeza de las cosas corporeas e, incluso, de las verdades matemáticas siguen estando presente. Como Descartes es consciente de ello, decide seguir sus reflexiones con el objeto de averigüar algo acerca de la certeza de las cosas que no son pensamientos. Lo que sucede es que, para llevar a cabo tal investigación, tiene que partir necesariamente del pensamiento como tal ya que éste es la única realidad con certeza apodíctica. Del pensamiento debe abrirse a las cosas. De ahí que Descartes inicie la 3ª Meditación analizando la naturaleza de los pensamientos o ideas.
3ª Meditación





































IMAGENES DE LAS COSAS
Descartes hace referencia a dos clases de pensamientos o ideas. Unos son como imágenes de las cosas, es decir, son los pensamientos que reflejan aspectos de la vida exterior o interior del sujeto. Cuando, despues de ver el sol, pienso en él lo represento, es decir, pienso en él a través de una imagen situada en mi interior. Descartes denomina a estas imágenes de las cosas como Juicios.
3ª Meditación





































OTROS PENSAMIENTOS
Otra clase de ideas son las que Descartes denomina como Modos de Pensamiento. Estas ideas o pensamientos son distintos de las imágenes pues no representan a ningún tipo de objeto sino que aquí el pensamiento es considerado como una facultad que nos permite pensar, desear, afirmar o negar. Además esos Modos de Pensamiento no pueden ser verdaderos ni falsos ya que lo es verdadero o falso no es el pensamiento en sí sino los objetos que tal pensamiento considera. Descartes denomina a los  modos de pensamiento como voluntades o afectos.

3ª Meditación





































LOS JUICIOS

A partir de ahora, Descartes, excluye de su investigación los modos de pensamientos, ya que éstos no son ni verdaderos ni falsos, y se centra en el estudio de aquellas ideas o  pensamientos que son imágenes de las cosas (Juicios) y que si pueden ser verdaderos o falsos.

3ª Meditación





































ERROR DE LOS JUICIOS
A partir de ahora, Descartes, inicia el análisis de lo que él considera com el principal error de las ideas o pensamientos como imágenes de las cosas, (juicios) y que consiste en dos cuestiones:

  1. Creer que las ideas son parecidas a las cosas que representan

  2. Pensar que las cosas son la causa de las ideas que representan, es decir, que las ideas,como imágenes de las cosas, proceden de tales cosas.
    3ª Meditación





































IDEAS INNATAS
De entre los pensamientos o ideas como imágenes de las cosas, Descartes, habla de las ideas innatas. Tales ideas no son aquellas con las que uno nace sino ideas que nos permiten aprehender lo que son las cosas, la verdad y el pensamiento.

3ª Meditación





































IDEAS ADVENTICIAS

Otra clase de ideas, como imagen de las cosas, se corresponde con las ideas adventicias, es decir, aquellas ideas que provienen del exterior, como, por ejemplo, oir un estrépito, ver el sol o sentir el fuego.

3ª Meditación





































IDEAS FACTICIAS
Son aquellas ideas que representan cosas inventadas por uno mismo, como, por ejemplo, una sirena o un hipógrifo.
3ª Meditación





































EXAMEN DE IDEAS ADVENTICIAS
A partir de ahora, Descartes, deja de lado las ideas innatas y las ideas facticias y se centra en el examen de las ideas adventicias, es decir, de aquellas ideas tomadas de las cosas existentes fuera de mí.
3ª Meditación





































IDEAS PARECIDAS A LAS COSAS
Tal como queda señalado anteriormente, y, en relación con las ideas adventicias, Descartes, descubre que parece existir una tendencia a dar por hecho que, entre las cosas y las ideas que representan a tales cosas, existe un parecido. ¿Pero es realmente así?
3ª Meditación





































LA NATURALEZA
En el análisis sobre el parecido entre cosas e ideas, Descartes, establece una diferencia entre naturaleza y luz natural. Define a la naturaleza como impetu, tendencia o creencia. Esta tendencia natural es la que nos lleva a creer que, como las ideas que tenemos sobre las cosas suceden al margen de nuestra voluntad, entre la idea y la cosa existe un claro parecido.
3ª Meditación

 





































LUZ NATURAL
Descartes identifica la luz natural con la razón y la contrapone a todo aquello en lo que creemos por naturaleza. Ello implica, por tanto, que puede ser que creamos algo por naturaleza y que, sin embargo, se nos revele como totalmente falso cuando, tal creencia, es sometido al tribunal de la luz natural.
3ª Meditación





































PROCEDENCIA IDEAS
En la 3ª Meditación, Descartes, no analiza unicamente si existe parecido entre las cosas y las ideas sino tambien si las ideas proceden de las cosas. Y es que por naturaleza tambien tendemos a creer que las ideas que tenemos sobre las cosas tienen su causa en estas mismas cosas. Lo que sucede es que la luz natural nos puede mostrar que tal creencia, basada en la naturaleza, no se corresponde con la verdad.
3ª Meditación





































IDEAS Y COSAS NO SE PARECEN
Descartes, sobre la base de la luz natural, analiza ahora si es cierto que existe un parecido entre las cosas y las ideas. Para ello se sirve del ejemplo del sol. Tenemos dos ideas que representan al sol. Una de ellas la recibimos a través de los sentidos y procede de la cosa; la otra la recibimos a  través del estudio astronómico y el cálculo. ¿Cuál de estas dos ideas se parece más a lo que realmente es el sol? La respuesta es clara: la que recibimos del mismo sol, como cosa u objeto que vemos, es la que más se aleja del sol verdadero. Es la idea que no procede de la visión del sol, la que más se parece a lo que el sol realmente es.
3ª Meditación





































IGUAL REALIDAD EN CAUSA Y EFECTO
Descartes establece, casi como un axioma, el principio que establece que debe haber, al menos, igual realidad en una causa y su efecto. La utilización de este principio le sirve para analizar la cuestión, planteada anteriormente, acerca de si las cosas son la causa de las ideas, es decir, si es cierto que las ideas proceden de las cosas. Sobre la base de este principio es evidente que la respuesta tiene que ser negativa. Si una cosa es la causa de que exista en mi la idea que la refleja, es evidente que tal cosa, como causa, debería tener, al menos, la misma realidad que el efecto (idea). Ahora bien, la idea es una realidad inmaterial. Ello implica, por tanto, que si una piedra es la causa de que exista en mí su idea, y yo soy una substancia pensante e inmaterial, entonces la piedra debería ser tambien una substancia pensante y inmaterial, algo que resulta absurdo defender.
3ª Meditación





































CONCLUSIÓN
Despues de haber señalado como la luz natural nos muestra que no está nada claro que exista parecido entre cosas e ideas; y que tampoco es evidente que las ideas procedan de las cosas, Descartes, intenta sacar las consecuencias de todo ello. Una de esas consecuencias es la de intentar averigüar de dónde proceden las ideas que existen en su mente. Por lo establecido hasta ahora, según la luz natural, las cosas no parecen ser la causa de las ideas. Ahora bien, si no son las cosas la causa de las ideas, entonces parece que tal causa es uno mismo. Pero si es uno mismo, entonces unicamente estamos seguros de la existencia del Yo, con lo que desembocamos de nuevo en el solipsismo y la negación de la certeza de las cosas materiales. Ante este dilema, Descartes, cree necesario y esencial intentar descubrir algún tipo de idea, de la cual uno mismo no fuera la causa, ya que nos permitiría poder defender la existencia de una realidad, diferente a uno mismo,  y que fuera la causa de tal idea.
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IDEA DE DIOS
De entre la ideas, que Descartes dice tener, una de ellas representa a Dios. ¿Podría ser uno mismo la causa de que exista en él tal idea?
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IDEA DE COSAS CORPOREAS
Otra de las ideas que dice tener Descartes se refiere a las cosas corporeas. ¿Podría ser uno mismo la causa de tal idea? Su respuesta es afirmativa. Es cierto, argumenta, que las cosas son algo material y yo soy una substancia pensante e inmaterial, lo que parece invalidar que uno mismo pueda ser la causa de tal idea (por supuesto tampoco la cosa podría ser causa de la idea, tal como hemos visto anteriormente). De todos modos, dado que tanto uno mismo como la realidad material son substancias, no resultaría absurdo pensar que uno mismo, en cuanto substancia, pudiera ser la causa de otra realidad que tambien lo es.
3ª Meditación





































IDEA DE LOS ÁNGELES
Descartes afirma que uno mismo podría ser la causa de que en él existiera la idea de los ángeles. ¿Cómo es esto posible, en el caso de los ángeles, y no es posible -como veremos- con la idea de Dios? Descartes señala que uno mismo podría crear la idea de ángel ya que concibe al ángel -al modo tomista- como algo inmaterial, formal e inmortal, pero, al mismo creado, como algo finito, es decir, creado. Pues bien, si uno se analiza a sí mismo se encuentra que como substancia pensante es tambien algo inmaterial. Pero, además, afirma Descartes, tambien tengo en mí la idea de algo puramente inmaterial como es Dios. ¿Por qué no pensar que a partir de la idea que tengo de mi mismo, como cosa pensante e inmaterial, y de la idea que tengo de Dios podría crear la idea de otra entidad (ángel) aunque no hubiera ángeles en el mundo? 
3ª Meditación





































IDEA DE HOMBRES PARECIDOS A MÍ
Del mismo modo uno mismo podría ser la causa de la idea de otros hombres. Descartes quiere señalar con esto que, a partir de la idea que tiene de sí mismo, no sería absurdo que pudiera crear la idea de otros hombres que se parecieran a él, incluso aunque no existiera hombre alguno en el mundo.
3ª Meditación





































¿QUE SUCEDE CON LA IDEA DE DIOS?
A esta altura de la 3ª meditación, Descartes, parece haber mostrado que uno mismo podría ser la causa de que existan en él ideas que se refieren a las cosas corporeas, a los ángeles y a otros hombres parecidos a él. Ahora bien, además de estas ideas, tengo en mí -dice Descartes, una idea que representa a una substancia infinita, independiente, omnisciente y omnipotente. ¿Podría ser yo mismo la causa de esa idea?..........
3ª Meditación