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PRINCIPAL
RINCÓN

TEXTOS FILOSÓFICOS

PLATÓN
El banquete
Menón
Protágoras
La República
Símil de la Línea
Símil de la caverna
Libro VIII República
Libro IX República
Apología de Sócrates
Critón
Eutifrón
Fedón
Gorgias
Teeteto
Sofísta
Timeo
Filebo

Libro I República
(354ª-357ª)

-Y así, el justo es dichoso; y el injusto, desgraciado.
-Sea ---dijo.
-Por otro lado, no conviene ser desgraciado dichoso.
-¿Qué duda tiene?
-Por tanto, bendito Trasímaco, jamás es la injusticia más provechosa que la justicia.
-Banquetéate con todo eso, ¡oh Sócrates!, - en las fiestas Bendidias ---dijo.
-Banquete que tú me has preparado, ¡oh, Trasímaco- --observé yo-, pues te aplacaste conmigo y cesaste en tu enfado. Mezquino va a ser, sin embargo, no por tu culpa, sino por la mía; y es que, así como los golosos gustan siempre con arrebato del manjar que en cada momento se les sirve sin haber gozado debidamente del anterior, así me parece que yo, sin averiguar lo que primeramente considerábamos, qué cosa sea lo justo, me desprendí del asunto y me lancé a investigar acerca de ello, si era vicio e ignorancia o discreción y virtud; y presentándose luego un nuevo aserto, que la injusticia es más provechosa que la justicia, no me retraje de pasar a él, dejando el otro, de modo que ahora me acontece no saber nada como resultado de la discusión. Porque no sabiendo lo que es lo justo, difícil es que sepa si es virtud o no y si el que la posee es desgraciado o dichoso.

Descartes
 
(Discurso del método)

El buen sentido es la cosa mejor repartida del mundo; pues cada uno piensa estar bien provisto de él....Por lo que no es cierto que todos se engañen; sino más bien eso atestigua que la capacidad de juzgar bien, y de distinguir lo verdadero de lo falso, que es lo que propiamente se denomina el buen sentido o razón, es naturalmente igual en todos los hombres; y así que la diversidad de nuestras opiniones no proviene de que unos sean más razonables que otros, sino solamente de que conducimos nuestros pensamientos por vías diversas....Porque, no basta con tener buen espíritu, sino que lo principal es aplicarlo bien.

Kant
(Prólogo a la 2ª edición de la Crítica de la razón pura)

Se ha supuesto hasta ahora que todo nuestro conocer debe regirse por los objetos. Sin embargo, todos los intentos realizados bajo tal supuesto con vista a establecer a priori, mediante conceptos, algo sobre dichos objetos -algo que ampliara nuestro conocimiento- desembocaban en el fracaso. Intentaremos, pues, por una vez, si no adelantaremos más en las tareas de la metafísica suponiendo que los objetos deben conformarse a nuestro conocimiento cosa que concuerda ya mejor con la deseada posibilidad de un conocimiento a priori de dichos objetos....Ocurre aquí como con los primeros pensamientos de Copérnico. Este, viendo que no conseguía explicar los movimientos celestes si aceptaba que las estrellas giraban alrededor del espectador, probó si no obtendría mejores resultados haciendo girar al espectador y dejando las estrellas en reposo. En la metafísica se puede hacer el mismo ensayo en lo que atañe a la intuición de los objetos. Si ésta se rige por la naturaleza de los objetos, no veo como podría conocerse algo a priori.

David Hume
 (Tratado de la naturaleza humana)

Toda creencia en una cuestión de hecho.....deriva meramente de la unión de algún objeto presente a la memoria o a los sentidos y de una conjunción habitual entre éste y algún objeto, o, en otras palabras: habiéndose encontrado, en muchos casos, que dos clases cualesquiera de objeto, llama y calor, nieve y frío, han estado siempre unidos; si la llama y la nieve se presentaran nuevamente a los sentidos, la mente sería llevada por la COSTUMBRE a esperar calor y frío, y a CREER que tal cualidad realmente existe...Esta creencia es el resultado forzoso de colocar a la mente en tal situación. Se trata de una operación del alma inevitable....Es como una especie de instinto natural que ningún razonamiento o proceso de pensamiento puede evitar.....Y es que en los fenómenos referidos a cuestiones de hecho siempre se presupone la CREENCIA en el objeto correlativo....La proximidad a nuestra casa jamás puede excitar nuestras ideas si no creemos que realmente existe. Ahora bien, mantengo que esta creencia....sobrepasa la memoria y los sentidos....Cuando tiro al fuego un trozo de madera seca, inmediatamente mi mente es llevada a concebir que la llama aumentará y no que disminuirá. Esta transición del pensamiento de la causa al efecto no procede de la razón. Tiene su origen exclusivamente en la costumbre y en la experiencia....La costumbre hace a la idea o representación de la llama como más potente y vivaz que cualquier ensueño indisciplinado y fluctuante de la imaginación....Cuando una espada apunta a mi pecho, ¿no me alterará más vivamente la idea de herida y dolor que cuando se me presenta un vaso de vino, aún cuando se me ocurriese casualmente aquélla idea tras la aparición de este objeto?

 Nietzsche
(Así habló Zarathustra)

Voy a hablaros de las tres transformaciones del espíritu: de cómo el espíritu se transforma en camello, el camello en león, y finalmente el león en niño.
Muchas cargas soporta el espíritu cuando está poseido de reverencia, el espíritu vigoroso y sufrido...
Todas esas pesadísimas cargas toma sobre si el espíritu sufrido; a semejanza del camello, que camina cansado por el desierto, así marcha él hacia su desierto. Pero en lo más solitario de ese desierto se opera la segunda transformación: en león se transforma el espíritu, que quiere conquistar su propia libertad, y ser señor de su propio desierto...El tu debes, le sale al paso como un animal escamoso y refulgente en oro, y en cada una de sus escamas  brilla con letras doradas el  tú debes....Mas ahora decidme, hermanos míos: ¿que es capaz de hacer el niño, que ni siquiera el león haya podido hacer? ¿Para qué, pues, habría de convertirse en niño el león carnicero?....Tres transformaciones del espiritu os he mencionado: os he mostrado cómo el espiritu se transforma en camello, luego el camello en león, y finalmente el león en niño.