EUTIFRON
(PRINCIPAL)
[Textos Filosóficos]

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2a-3e 4a-5d 5e-6e 7a-8b
8c-9b 9c-11e 12a-12e 13a-16a

Eutifron:2a-3e

EUTIFRÓN.-¿Qué hecho extraordinario ha ocurrido, Sócrates, para que dando de lado tus habituales pláticas en el Liceo, te encuentres ahora aqui, en las cercanias del Pórtico del Rey? ¿No será tal vez que, al igual que yo, tengas pendiente algún Juicio ante el arconte-rey?

SÓCRATES.El asunto que aquí me trae, Eutifrón, no es lo que los atenienses llaman un juicio, sino una acción pública criminal.

EUTIFRÓN.-¿Qué es lo que dices? Pues a lo que parece alguien habrá formulado una acusación contra ti, ya que me resisto a creer que seas tú el que acuses a otro.

SÓCRATES.-No, desde luego.

EUTIFRÓN. ¿Hay, por tanto, alguien que te acusa?

SÓCRATES.-En efecto.

EUTIFRÓN.--¿Y quién es ese hombre?

SOCRATES.-Ni yo mismo lo conozco muy bien, Eutifrón; quizá porque se me aparezca como un hombre joven e ignorado. Llámanle, según creo, Melitos, y es del demo Pithos. ¿No sabes tú nada de un tal Melitos de este demo, hombre de largos cabellos, de no mucha barba y de nariz Corva?

EUTIFRÓN.-Nada sé de él, Sócrates; aunque, ciertamente, ¿de qué podrá acusarte?

SÓCRATES.-¿De qué?, preguntas. A mi me parece que la acusación no es despreciable; esto, a sus años, no se revela nada común.Porque este hombre, según dice, sabe de qué modo se corrompe a los jóvenes y quiénes son también los hombres que los corrompen. No hay duda que se trata de un sabio que ha descubierto en mi cierta ignorancia; la misma que me sirve para corromper a los jovenes de su edad. Y por ello viene a acusarme ante la ciudad cual si lo hiciese ante una madre. Me parece a mí el único que en asuntos de politica, comienza como es debido, porque ¿no es realmente justo que se ocupe primero de los jóvenes para ver de hacerles excelentes, al modo como el buen labrador se ocupa tambien y en primer lugar de las plantas jovenes, y luego de todas las demás? He aquí tal vez la razón por la que Melitos inicia la purga por nosotros, que somos, según él, los que corrompemos a una juventud en trance de desarrollo.Es claro que, después de esto,se preocupará de los hombres de más edad y será asi causa de los mayores bienes para la ciudad; lógico es que obtenga buen éxito comenzando con tales principios.

EUTIFRÓN. Bien que lo desearia, Sócrates; pero temo que ocurra precisamente lo contrario,y en verdad que tratar de ser injusto contigo es, a mi parecer, como si se intentase atacar a la ciudad comenzando por la diosa Hestia. Mas dime: ¿cómo haces, según él, para corromper a los jóvenes?

SÓCRATES.-¡Oh!, admirado amigo, extraño no resulta para quien lo oye por primera vez. Porque dice que soy algo asi como un artífice de dioses, y aduciendo que hago nuevos dioses y que no creo en los antiguos, lanza contra mí esta acusación, como él afirma.

EUTIFRÓN.- Lo comprendo, Sócrates,y creo que se refiere a esa voz interior que tú dices se deja oir en ti en toda ocasión. El infiere de ahi que verificas innovaciones en cuanto a lo divino, de donde toma cuerpo su acusación. Y viene ante el tribunal para calumniarte con el convencimiento de que tales cosas se prestan a malas interpretaciones entre el vulgo. Me ocurre a mi mismo que, cuando hablo de temas religiosos en la asamblea y predigo lo que va a acontecer, se rien de mis afirmaciones tomándome por loco. Y, sin embargo, nada hay en lo que digo que no resulte verdadero; mas, con todo, ven con males ojos a hombres como nosotros. Pero nada de lo que piensen debe preocuparnos, pues hemos de estar decididos a seguir adelante. SÓCRATES.-Mi querido Eutifrón, esto no tendria apenas importancia si solo moviese a risa. Pero a los atenienses. según yo creo, no preocupa en mayor grado la habilidad de cada cual con tal que ciertamente, no se revele capaz de mostrar su sabiduría; mlentras que si estiman que alguno quiere hacer a los demás tan diestros como él, dejan asomar su cólera, ya sea por envidia, como tú dices, ya sea por cualquier otra causa.

EUTIFRÓN.- No querria experimentar de ningún modo en cuanto a esto qué sentimientos guardan hacia mi.

SÓCRATES.- Porque quizá parezca que no te dejas ver y que no deseas manifestar tu sabiduria. Pero yo temo con razón,en gracia a mis sentimientos humanitarios, que se me tenga por un hombre que prodiga todo lo que sabe al primero que llega, y no solamente sin recibir honorarios, sino incluso ofreciéndome yo mismo de buena gana a todo aquel que quiera escucharme. Por lo demás, y he de decirlo de nuevo, si unícamenre quisíesen reirse de mi como dices tú que hacen contigo, no me desagradaría llegarme hasta el tribunal y dar alli suelta a mis chanzas y a mis risas.Pero si toman la cosa en serio, no está realmente claro lo que pueda ocurrir, salvo para vosotros los adivinos.

EUTIFRÓN.-Pero, después de todo, Sócrates,quizá nada ocurra y puedas llevar el juicio a medida de tus deseos, lo mismo que yo el mío.

SÓCRATES.-¿Cuál es, Eutifrón, ese juicio tuyo a que te refieres? ¿Eres en él demandado o acusador?

EUTIFRÓN.-Soy yo quien acusa.

SÓCRATES.-¿Y a quién?

EUTIFRÓN.-A quien realmente parece locura que yo acuse.

SÓCRATES.- Pues que, ¿persigues acaso un imposible?

EUTIFRÓN.-Muy lejos estoy de eso; se trata de un viejo de mucha edad.

SÓCRATES.-¿Quién es?

EUTIFRÓN.-Es mi padre.

SÓCRATES.-¿Tu padre, querido amigo?

EUTIFRÓN. No es otro que él.

SÓCRATES.-¿Qué es lo que le reprochas y de qué le acusas?

EUTIFRÓN.-De homicidio, Sócrates.

SÓCRATES. ¡Por Hércules. Eutifrón! que la multitud desconoce lo que está bien. Creo que obrar con rectitud no es privilegio de cualquiera,sino propio de un hombre que demuestra ya mucha sabiduria.

EUTIFRÓN.-¡Por Zeus! Sócrates, que en efecto la demuestra.

SÓCRATES.-Y es claro que la víctima de tu padre será uno de tus parientes, ¿no es eso? Porque no acusarias a tu padre de homicidio por defender a un extraño.


Cuestionario
Más cosas sobre Sócrates



































EUTIFRON

Presentamos el Eutifrón como un diálogo del que esperamos,a través de su lectura, que nos permita responder de algún modo a las dos cuestiones siguientes:
¿Cuál fue la verdadera personalidad de Sócrates, al margen de Platón, con el cual muchas veces lo identificamos incluso inconscientemente?
¿Cómo fueron los últimos días de su existencia, antes y en el momento de hacer frente a una condena a muerte que, según todos los indicios, fue injusta?
Pues bien, en este contexto, queremos señalar la clara relación que puede establecerse entre el Eutifrón, y la Apología.
En primer lugar, en cuanto a la fecha de composición. Sabemos que tanto la Apología como el Eutifrón fueron escritos por Platón hacia el 396-95 a de Cristo, es decir, poco despues de la muerte del maestro (399).
En segundo lugar, en cuanto a la intencionalidad de Platón a la hora de escribir estos dos diálogos. No podemos olvidar, al respecto, la introducción del Eutifrón: Sócrates se encuentra con Eutifrón y le comunica que Melitos ha presentado una acción pública en contra suya y que, dado que tal denuncia no es para tomarsela en broma, sospecha que se le intenta condenar a muerte. El Eutifrón parece como una especie de antecedente de la Apología.
En tercer lugar, el tema central de debate en el Eutifrón, la piedad y la impiedad, coincide, precisamente, con la acusación principal realizada por Melitos en contra de Sócrates: Impiedad y Corrupción de la juventud.
Proponemos, por tanto, realizar la lectura y el comentario de este precioso diálogo de Platón, con el objetivo de conocer mejor lo que fué el auténtico pensamiento de Sócrates asi como seguir la pista a los últimos días de su vida en conexión con otros diálogos como son la Apología, el Critón y el Fedón.


Eutifrón



































LICEO
Santuario de Apolo Liceo,situado al este de la ciudad,fuera de los muros,y que incluía uno de los tres gimnasios de Atenas,lugar de encuentro predilecto de Sócrates.A él,por ejemplo,se dirige Sócrates, en la memorable parte final del
Banquete, para iniciar el día, despues de una larga conversación durante toda la noche.
Eutifrón





































PORTICO DEL REY
Las acusaciones por impiedad debían ser cursadas en el Pórtico del Arconte-rey. Al lado del Pórtico se encontraba el Templo de la diosa-madre, en cuyo archivo se guardaban las acusaciónes.
Lugar del Pórtico-Arconte-rey
Eutifrón





































ARCONTE-REY
Formaba parte del poder ejecutivo de Atenas.Era el encargado de tramitar las acusaciones por impiedad: recogía las declaraciones de ambas partes y publicaba las acusaciones.
Lugar del Pórtico-Arconte-rey
Eutifrón





































ACCIÓN PÚBLICA CRIMINAL
El asunto que había convocado a Sócrates no era,en estos momentos,la celebración de un juicio sino el comunicarle que alguien había depositado en el Pórtico del Rey una acusación de impiedad en contra suya. Antes de la celebración del Juicio,se escuchaban a las partes y se daba publicidad a las acusaciones.
Eutifrón





































MELITOS
Es,junto con Anitos y Licón,uno de los responsables de la acusación en contra de Sócrates.En este diálogo es presentado como un joven casi lampiño y totalmente desconocido por la intelectualidad ateniense.
Eutifrón





































CORRUPCION
Sócrates hace referencia aquí a una de las partes de la acusación en contra suya:corrupción de la juventud. Sócrates valora ironicamente tal acusación señalando que es curioso que alguien,siendo tan joven como Meletos, sepa tanto acerca del modo como se puede corromper a los jovenes, como acerca del poder de aquellos que logran corromperlos. Es evidente que estamos ante un sabio con el que Sócrates le gustaría conversar.....
Eutifrón





































HESTIA
Mientras todos los demás dioses se mezclaban con los asuntos humanos, Hestia, la diosa del hogar, permanecía en su casa.
Hestia era amable, pacífica y hospitalaria con los extranjeros,arreglaba disputas entre los demás dioses.En la antigua Grecia todo niño recien nacido tenía que ser transportado alrededor del hogar antes de que fuera recibido en la familia; además,todas las comidas empezaban y terminaban con una ofrenda pacífica y tranquila a Hestia.Muchas ciudades habían levantado incluso un hogar público dedicado a ella,con un fuego que no permitían nunca que se extinguiera.
Hestia era uno de los 12 dioses del Olimpo,pero cuando llegó Dionisos tuvo que dejarle su sitio.
En la mitología de Roma esta diosa es denominada Vesta y en su hogar, 6 sacerdotisas vírgenes,conocidas como vestales custodiaban el fuego.
Eutifrón





































ARTÍFICE
A Sócrates se le acusó tambien de introducir nuevos dioses dentro de la Polis. Estamos, como señala más adelante Eutifrón, ante una clara referencia al daimon que Sócrates afirmaba le acompañaba siempre.
Eutifrón





































VOZ INTERIOR
Referencia a la voz alertadora del Daimon
Eutifrón





































RIEN
Eutifrón intenta sacar hierro a la acusación en contra de Sócrates,haciendo referencia al humor y frivolidad con la que, a veces, los atenienses se tomaban ciertos asuntos de tipo religioso. Sócrates, que es consciente de que no se estaba ante una broma, hace referencia a que su modo de enseñar y hablar con los jovenes atenienses (con el daimon incluido) había hecho ver a muchos el gran peligro que tales enseñanzas podían representar para sus intereses.Por todo ello piensa que la acusación dirigida en contra suya no es cosa de risa.
Eutifrón





































HONORARIO
Sócrates mostraba su saber libremente y sin cobrar (al contrario que los sofistas) ningún tipo de honorario a todos aquellos que quisieran conversar con él. La experiencia de tales conversaciones, le había mostrado que el ridículo que muchos sabios habían hecho ante concurridos auditorios, era motivo de odios y envidias en contra suya. Por todo ello, Sócrates intuye de modo clarividente que la acusación en contra suya no es para tomársela a broma.
Eutifrón





































LOCURA
Eutifrón hacer referencia a la locura ya que la acusación que él va depositar por impiedad es en contra de su propio padre. Ello dará lugar a que el diálogo con Sócrates centre sus reflexiones sobre el concepto de la Piedad
Eutifrón





































EUTIFRON

Eutifron:4a-5d

EUTIFRÓN.-Me causa risa, Sócrates, el que creas que hay que establecer una distinción entre extraño o pariente con respecto a la víctima, y que no pienses que solo una cosa debe privar sobre las demás: el derecho que pueda asistir al que cometió la falta, porque, si realmente estaba de su parte, habrá que dejarle tranquilo, y si no es así, habrá que proceder contra él, aunque sea uno de los que conviven en la misma casa y comen en la misma mesa. La infamia, en tales circunstancias,es de idéntica naturaleza,dado que convives con él y, con pleno conocimiento de los hechos, no cumples, sin embargo, con tus deberes religiosos procediendo contra el criminal por la vía de la justicia.En este caso, la víctima era un mercenario a mi servicio, el cual,como llevamos una tierra en Naxos, allí se encontraba trabajando para nosotros.Dominado en cierta ocasión por la embriaguez, se irritó contra uno de nuestros servidores y le degolló. Mi padre entonces mandó que le atasen de pies y manos, y luego de haberle arrojado en una fosa, envía hasta aquí a un hombre para que pregunte al interprete qué es lo que debe hacer. Entre tanto, se despreocupa de prisionero, le abandona como un homicida y se vuelve indiferente a su muerte, que es lo que naturalmente aconteció.Porque murió víctima del hambre, del frío y de las ligaduras antes que regresase el enviado de casa del interprete. Ahora,claro está, tanto mi padre como los demás parientes se muestran indignados de que yo persiga judicialmente a mi padre en nombre de este homicida, pues dicen que él no le mató y que aun en el supuesto de que lo hubiese hecho,como la victima habia dado muerte a otro hombre, no es ya licito interesarse por ella;afirman también,por otra parte, que es acción impía en un hijo acusar a su padre de homicidio. Mal pueden saber ellos, Sócrates, lo que es piadoso o impio a los ojos de los dioses.

SÓCRATES.Pero, por Zeus, ¿es que crees conocer con tal exactitud, Eutifrón, los juicios de los dioses, lo que es lo piadoso y lo que no lo es, que no temas el que, habiendo ocurrido las cosas como tú dices, puedas cometer una acción impía promoviendo este proceso contra tu padre?

EUTIFRÓN.-Es que entonces, Sócrates, mi utilidad sería nula y Eutifrón no se diferenciaria del común de los hombres si no conociese todas estas cosas con exactitud.

SÓCRATES. -Comprenderás, pues, admirable Eutrifrón,lo ventajoso que resulta para mí el hacerme tu discípulo, incluso antes de que la acción judicial de Melitos, ya que ello me permitirá desafiarle en este campo y decirle a la vez que, en cuanto a mí,el empeño ha sido grande desde hace mucho tiempo por conocer las cosas divinas, y que ahora, puesto que afirma que improviso a la lijera y verifico innovaciones en tal sentido,he debido hacerme tu discípulo. Le diria, por tanto: «Vamos a ver, Melitos: si confiesas que Eutifrón es sabio en estas cuestiones, das por sentado que yo pienso rectamente y, en consecuencia, no deberás proceder contra mi; y si no, formula la acusación contra él, que es mi maestro, antes que contra mi, de modo que sea él quien aparezca como corruptor de los ancianos,como corruptor mío y de su propio padre, ya que así se ha portado como preceptor mio y en la reprensión y el castigo hacia su propio padre». Y si no se deja convencer ni renuncia a la acusación para juzgarte a ti en mi lugar, me veré obligado a decir ante el Tribunal las mismas cosas que me proponia decirle a él.

EUTIFRÓN.-Ciertamente, Sócrates, que si trata de acusarme, yo encontraria, según creo, su punto flaco, y entonces tendriamos motivo mas que sobrado para hablar de él en el tribunal antes que de mi.

SÓCRATES.No lo pongo en duda, querido amigo, y por eso precisamente deseo convertirme en tu discipulo, sabiendo como sé que ni este Melitos ni ningún otro parece ver con claridad en ti, en tanto, por el contrario, ha penetrado en mí tan aguda y fácilmente que formula esta acusación de impiedad. Dime ahora, pues, por Zeus, lo que tú sabes tan bien, como aseguras; esto es, qué consideras que es lo piadoso y lo impío en lo concerniente al homicidio y a las demás cosas. Salvo que no sea lo mismo y en toda ocasión para ti lo que hace que una acción sea piadosa, o que la acción impia no aparezca siempre como lo contrario de toda acción piadosa y, en tal sentido, idéntica a sí misma. Porque ¿no aceptas la idea de que todo lo que se considera como impío ha de serlo siempre así y no de otro modo?

EUTIFRÓN.Por mi parte, lo acepto sin restricciones, Sócrates.


Textos Platón
Más cosas sobre Sócrates





































PIEDAD
Un mercenario al servicio de Eutifrón degolla a uno de sus servidores.El padre de Eutrifrón le deja, encadenado, morir de hambre y de frío.Es esta,según Eutifrón, una acción impía porque no es grata a los dioses. El hecho de que rechaze la acusación de sus parientes de que tambien él actúa de modo impío, es decir, no gratamente para con los dioses, porque como hijo acusa a su padre, nos sitúa a Eutifrón como un sabio en este tipo de cuestiones. De ahí que Sócrates, ignorante en las mismas, manifieste su deseo de aprender de él en que consiste la naturaleza de la Piedad.
Eutifrón





































DISCIPULO
Sócrates le manifiesta a Eutifrón su admiración y el deseo de hacerse su discipulo ya que afirma conocer con exactitud la voluntad de los dioses.Le manifiesta tambien lo ventajoso que podría ser para él,que tambien ha sido acusado de impiedad, el poder decirle a sus acusadores que sus enseñanzas sobre religión las ha recibido de tan buen maestro, al que, en última instancia, sería al que había que pedirle cuentas.
Eutifrón





































Impiedad
En relación con lo dicho anteriormente,Sócrates le plantea a Eutrifrón la necesidad de investigar acerca de la naturaleza de la Piedad y de la Impiedad , es decir, el lograr que éstas se nos aparezcan como algo idéntico en sí mismo, y no unas veces así y otras veces de otra forma.
Eutifrón acepta analizar el concepto de Piedad desde esta perspectiva
Eutifrón





































EUTIFRON

Eutifron:5e-6e

SOCRATES.-Aclárame entonces qué es lo que entiendes por piadoso e impio.

EUTIFRÓN.- Afirmo que es piadoso eso mismo que yo voy a hacer ahora, pues ya se trate de homicidios, o de robos sacrilegos, o de cualesquiera otras acciones, la piedad exige el castigo del culpable, sea este padre, madre u otro individuo que no viene al caso; no hacerlo es precisamente lo impío. En tal sentido, Sócrates, comprobarás cuál es la prueba decisiva que yo aduzco de que la ley sea asi. Ya la he dado a conocer a muchos otros: no cabe concesión alguna al impío, sea este quien sea. Pues estos mismos,los hombres que creen que Zeus es el mejor y el más justo de los dioses, reconocen que encadenó a su padre que devoraba a sus hijos injustamente, y que a su vez el padre de este mutiló al suyo por otras cosas parecidas. Y en cambio se muestran indignados contra mi por el hecho de que persigo a mi padre por un acto injusto, lo que prueba que se contradicen consigo mismos al juzgar lo que hacen los dioses y lo que yo hago.

SOCRATES.-Será esta, sin duda, Eutifrón la razón por la que soy acusado, pues si se dicen tales cosas de los dioses, las recibo con desagrado; en lo cual, según parece, afirman que me equivoco. Mas si tú lo das por bueno,tu que conoces bien estos pormenores, necesario será también,a mi entender,que nosotros le demos su aprobación. Porque ¿qué es lo que podriamos argüir los que afirmamos que no sabemos nada de estas cosas? Mas dime ahora, por el dios de la amistad: ¿crees tú que estas cosas han ocurrido tal como se cuentan?

EUTIFRÓN.-Desde luego, Sócrates, y aún otras más sorprendentes que estas que la multitud desconoce.

SÓCRATES.-¿Crees tú acaso que se dan realmente entre los dioses guerras, enemistades terribles y combates, y otras muchas cosas por el estilo como las que nos refieren los poetas y se representan por los buenos artistas en las diferentes ceremonias sagradas, cual ocurre en las grandes Panateneas, donde se ve lleno de tales atavios policromos el peplo que va a ser llevado a la Acrópolis. ¿Diremos, Eutifrón, que todo esto es verdad?

EUTIFRÓN.- No solamente esto, Sócrates, sino lo que decía hace un momento, ya que estoy dispuesto a contarte, si no tienes inconveniente, muchas otras cosas acerca de los dioses que solo el oirlas, según fundadamente creo, te llenará de admiración.

SOCRATES.-No lo pongo en duda, desde luego; pero es claro que todo esto deberás dejarlo para otra ocasión más ociosa. Volvamos ahora a lo de antes e intenta responderme con más claridad. Pues cuando yo te preguntaba, querido amigo, en qué consiste la piedad, tú no me lo has mostrado claramente, limitándote a decirme que realizas un acto piadoso al acusar a tu padre de homicidio.

EUTIFRÓN. Eso decía y es verdad, Sócrates.

SÓCRATES.-Quizás lo sea; pero hay también muchas otras cosas, Eutifrón, que tú calificas de piadosas.

EUTIFRÓN. Y claro que lo son.

SÓCRATES.-Más recuerda que no te he encargado que me des a conocer una o dos de estas muchas cosas que son piadosas, sino que te he pedido me manifiestes la naturaleza de todas las cosas piadosas. Porque tú has dicho, si no me equivoco, que existe algo caracteristico que hace que toda cosa impía sea impia y toda cosa piadosa, piadosa. ¿O no lo recuerdas?

EUTIFRÓN.-Claro que lo recuerdo.

SÓCRATES.-Pues bien: ese carácter distintivo es lo que yo quiero que me hagas manifiesto, para que, considerándolo con atención y sirviéndome de él como de un modelo, pueda declarar que todo lo que tú u otro hace de igual modo es piadoso, en tanto lo que difiere de él no lo es.

EUTIFRÓN.Si eso es lo que quieres, Sócrates, te lo diré inmediatamente.

SÓCRATES.-No otra cosa quiero, en verdad.

EUTIFRÓN.-Es piadoso, en efecto: lo que resulta grato a los dioses, e impio lo que no les agrada.

SÓCRATES. Muy bien, Eutifrón: has contestado ahora como yo deseaba que lo hicieras. Si lo que afirmas es justo, todavia no lo sé:pero está claro que me mostrarás también que lo que dices es la pura verdad.


Textos Platón
Más cosas sobre Sócrates





































CASTIGO
En el estudio de la naturaleza de la piedad y de la impiedad, Eutifrón responde pronunciando un discurso erudíto y dogmático: la piedad exige el castigo del culpable, sea éste quien sea, pues lo contrario sería impío, es decir, ingrato a los dioses. En este contexto, la ley humana ha de acomodarse necesariamente a estos hechos.
No cabe concesión alguna al impío

Eutifrón





































ZEUS
Como justificación a sus ideas sobre la piedad y sobre la impiedad, Eutifrón pone como ejemplo a la actuación de Zeus: el mejor y el más justo de los dioses.
Zeus no tuvo inconveniente en deshacerse de su padre (Crono) que devoraba a sus hijos injustamente.
A su vez, Cronos había mutilado a su padre por hacer cosas parecidas a las que él mismo acabó haciendo.
¿Como es posible, se pregunta Eutifrón, que alguien se extrañe de que yo acuse a mi padre por un acto impío?

Eutifrón





































COMBATE
Sócrates manifiesta cierta perplejidad ante la seguridad de Eutifrón acerca del comportamiento real de los dioses. Afirma que él no está tan seguro de ello y manifiesta su total desconocimiento acerca de estas cosas. Pero- señala- en el caso de ser cierto que ese fuera su comportamiento no puedo más que mostrar mi desagrado ante el mismo.
Por todo ello, pregunta a Eutifrón si está absolutamente seguro (más adelante veremos la importancia de esta pregunta y su respuesta) de que lo que cuentan los poetas acerca de las guerras, enemistades, temblores y combates entre los dioses.Eutifrón se ratifica en lo dicho manifestando una total seguridad de sabio.
Eutifrón





































PANATENEAS
Había sido Pisístrato quien impulsó los espectáculos públicos como los juegos panatenáicos o panateneas, que se celebraban cada cuatro años en honor de Atenea.
Eutifrón





































PEPLO
Los ciudadanos atenienses se acercaban a la diosa Atenea en el cortejo procesional de las fiestas panatenaicas, cuando le presentaban su peplo o vestidura nueva.
Eutifrón





































ACROPOLIS (Según Encarta)
Acrópolis (Griego, akros, "grande"; polis, "ciudad"), término original dado a toda fortificación natural o ciudadela en la antigua Grecia. Inicialmente un lugar de refugio, la acrópolis típica era construida en una colina o promontorio que se elevaba sobre la región circundante. Debido a la protección así conseguida, la zona adyacente a la base de la colina era frecuentemente el emplazamiento de la ciudad. Entre las acrópolis de mayor renombre destacan Acrocorinto en Corinto y Cadmea en Tebas.
A la ciudadela de la antigua Atenas se la denomina tradicionalmente la Acrópolis. Construida en una colina de piedra caliza aproximadamente a 150 metros de altura, domina la ciudad y guarda los restos de algunas de las muestras más admirables existentes de la arquitectura clásica, tales como el Partenón, un templo dórico; el Propileo, una enorme puerta de mármol en el oeste y entrada principal a la Acrópolis; el Erecteion, un templo famoso por sus excepcionales detalles jónicos y el pórtico de cariátides, y el templo de Atenea Nike.
Estas obras maestras fueron construidas en la Edad de Oro ateniense durante el reinado de Pericles en el siglo V a.C.
Eutifrón





































CONTARTE
A la pregunta de Sócrates acerca de la vida y milagros de los dioses, Eutifrón se muestra dispuesto a contar, es decir, a repetir lo que Sócrates debió de escuchar, desde pequeño, en multitud de ocasiones: una descripción mitológica de la historia de lo dioses.
Eutifrón





































RESPUESTA
Sócrates le plantea a Eutifrón prescindir de los relatos y centrarse en investigaciones de caracter racional y dialéctico acerca de la vida de los dioses.
Eutifrón





































CONSISTE
Se trata de averigüar la esencia de lo que se investiga, en este caso, de la piedad
Eutifrón





































NATURALEZA
Sócrates, en el contexto de lo que quiere investigar, le recuerda a Eutifrón que no se trata de hablar de las cosas que son piadosas y de las cosas que son impías, sino acerca de la naturaleza única de ellas, es decir, se trata de averigüar:
Eutifrón





































GRATO
La respuesta de Eutrifrón a la pregunta de Sócrates acerca de la naturaleza de la piedad, es clara: lo piadoso es lo que resulta grato a los dioses y lo impío es lo que resulta ingrato a los dioses.
Eutifrón





































EUTIFRON

Eutifron:7a-8b

EUTIFRÓN.-Desde luego.

SÓCRATES.-Pues bien:pongamos cuidado en lo que decimos.Una cosa y un hombre que son gratos a los dioses son piadosos,mientras que una cosa y un hombre odiados por los dioses, son impíos.Lo piadoso y lo impío no son,ciertamente, la misma cosa, sino cosas que se oponen entre si, ¿no es eso?

EUTIFRÓN.-Asi es.

SOCRATES.-¿Parecerá justo lo que decimos?

EUTIFRON.-Eso me parece a mí, Sócrates, y es lo que yo he dicho.

SÓCRATES.Tú no has dicho igualmente, Eutifrón que los dioses combaten entre si, que mantienen diferencias y se odian unos a otros?

EUTIFRÓN.-Lo he dicho, efectivamente.

SÓCRATES.-Pero ¿qué desacuerdo provoca estos odios y estas cóleras, querido amigo? Considerémoslo con atención. Si nosotros, por ejemplo, mantuviésemos diferencia en cuanto al número sobre cual de dos cantidades es mayor, ¿tendriamos por eso que convertirnos en enemigos e irritarnos el uno contra el otro? ¿No no sería mejor que aplicándonos al cálculo saliésemos de dudas lo antes posible?

EUTIFRÓN.-Naturalmente.

SÓCRATES.-Lo mismo ocurriria si nuestra disensión versase acerca de magnitudes más o menos grandes. El desacuerdo cesaria, sin duda, procediendo a la medida de estas.

EUTIFRÓN.-Así es.

SÓCRATES.-O recurriendo, según creo, a la balanza, con la que decidiríamos en lo tocante a cosas más o menos pesadas.

EUTIFRÓN.-¿Cómo no?

SOCRATES.-¿Cuál seria, pues, el tema que, por no ser susceptible de una decisión, provocaría en nosotros enemistades y nos mantendría mutuamente irritados? Quizá no se muestre a tu alcance, pero considera, por lo que lo digo, si se trata de lo justo y lo injusto, lo bello y lo feo, o lo bueno y lo malo. Porque ¿no son estas las cosas sobre las cuales, precisamente por nuestras diferencias y por no poder alcanzar una decisión suficiente, nos convertimos en enemigos unos de otros, cuando llegamos a serlo tanto tú como yo y todos los demás hombres?

EUTIFRÓN.--En efecto, Sócrates, he aquí el desacuerdo más corriente y tambien las causas que lo originan.

SÓCRATES.-Pues, qué, ¿no se producen igualmente las mismas diferencias entre los dioses y por los mismos motivos?

EUTIFRÓN.-Con toda necesidad.

SÓCRATES.-Por tanto, mi buen amigo Eutifrón, según lo que afirmas los dioses tienen diferencias entre si sobre lo justo, lo bello, lo feo, y sobre lo bueno y lo malo.Pues no existirían disensiones entre ellos si no mantuviesen opiniones diferentes acerca de estas cosas. ¿No es eso?

EUTIFRÓN.-Razonas bien.

SÓCRATES.-Y no es cierto que lo que cada uno de ellos considera bueno y justo es también lo que él ama, y que lo contrario es lo que aborrece?

EUTIFRóN.-Ciertamente.

SÓCRATES.Pero son las mismas cosas, como tú dices, las que unos estiman justas y otros injustas. De sus disentimientos a este respecto surgen las discordias y las guerras entre ellos. ¿No es asi?

EUTIFRÓN.-En efecto.

SÓCRATES.-Hemos de afirmar, pues, a lo que parece, que las mismas cosas son amadas y odiadas por los dioses, y que les son a la vez gratas y desagradables.

EUTIFRÓN.Así parece, desde luego.

SÓCRATES.-O lo que es lo mismo, Eutifrón, unas cosas podrán ser a la vez piadosas e impías.

EUTIFRÓN.Es posible.

SÓCRATES.-Pero entonces, admirado amigo, no has contestado a lo que yo preguntaba. Pues no te pedia que me dijeras lo que es a un tiempo piadoso e impio. Mas está visto que lo que es grato a unos dioses puede desagradar a otros, con lo cual, Eutifrón, no seria sorprendente que lo que tú haces al castigar a tu padre resultase grato a Zeus, pero odioso para Cronos y Urano; grato a Hefaistos, pero odioso para Hera, e igualmente, grato y desagradable para unos y otros dioses que mantienen su desacuerdo sobre esto.


Textos Platón
Más cosas sobre Sócrates





































OPOSICIÓN
Sócrates se propone analizar dialécticamente la definición, dada por Eutifron, acerca de los conceptos de piedad y de impiedad. Como punto de partida de tal análisis comienzan por ponerse acuerdo ámbos en lo siguiente: Piedad e Impiedad no son lo mismo sino conceptos que se oponen entre sí. La piedad es algo grato y la impiedad es algo ingrato para el sentir de los dioses.
Eutifrón





































DIFERENCIAS
Además de ponerse acuerdo en que Piedad e Impiedad son conceptos opuestos entre sí, Sócrates y Eutifrón, tambien coinciden en señalar que existen diferencias en los valores de los dioses, lo que explica las luchas y enemistades entre ellos.
Eutifrón





































DESACUERDO
Sócrates plantea a Eutifrón analizar en que consiste la naturaleza del desacuerdo que provoca las diferencias de criterio entre los mismos dioses. Y es que parece evidente que si existe desacuerdo en cuestiones referidas a los números o las medidas , existen mecanismos, como el cálculo y la geometría para hacer desaparecer tales desacuerdos.
Eutifrón





































JUSTO
Sócrates afirma que las cuestiones que plantean diferencias y desacuerdos entre los dioses o entre los hombres, se refieren (no tanto a cuestiones de cálculo o medida) sino a aspectos que se relacionan con la justicia y la injusticia, la belleza y la fealdad, etc.
Eutifrón





































OPINIONES
Sobre cuestiones de caracter práctico (valores), los dioses y los hombres tienen opinión. Sobre las cuestiones de tipo teórico (números) tenemos saber. Por todo ello, el desacuerdo es mucho más dificil de hacer desaparecer en el primer caso que en el segundo.
Eutifrón





































CONTRARIO
En aquello que es producto de la opinión, como sucede en cosas referidas a la justicia o la injusticia, la belleza o la fealdad, (¿confundía Sócrates lo ético y lo estético?) los dioses las consideran de modo diferente, de tal forma que una misma cosa puede ser amada por unos y aborrecida por otros. Esta tensión de contrarios es lo que da lugar a las guerras y a las discordias entre ellos.
Eutifrón





































A LA VEZ
Cómo primera conclusión de este primer análisis dialéctico acerca de la naturaleza de la piedad, Sócrates y Eutifrón, parecen llegar a la conclusión siguiente: dado que una misma cosa es amada (grata) y odiada (ingrata) a los dioses, ello parece implicar que la una misma cosa puede ser al mismo tiempo piadosa e impía.
Eutifrón





































PADRE
Sócrates le recuerda a Eutifrón que aceptar la conclusión anterior implica realmente dos cosas:
  1. No haber contestado a la pregunta que Sócrates le ha hecho al principio acerca de la naturaleza de la Piedad.
  2. Que el delito cometido por su padre podría ser grato (piadoso) para unos dioses e ingrato (impío) para otros. (?)

Eutifrón





































EUTIFRON

Eutifron:8c-9b

EUTIFRÓN·-Creo, sin embargo,Sócrates,que acerca de esto no existe desacuerdo alguno entre los dioses hasta el punto de destacar que deba de ser castigado aquel que ha matado a alguien injustamente.

SÓCRATES.- Pues qué, y en cuanto a los hombres, Eutrifón, ¿no has oido acaso cómo alguno discute que el que ha matado injustamente o ha cometido una acción injusta deba ser castigado?

EUTIFRÓN.-Desde luego. Y es lo que no cesan de discutir en todas partes y ante los tribunales. Se muestran así notoriamente injustos, pero hacen y dicen al fin todo lo necesario para escapar al castigo.

SÓCRATES- ¿COnvienen entonces, Eutifrón, en las injusticias, pero, con todo, pretenden que no se les castigue?

EUTIFRÓN.- No obran, al menos, de otro modo.

SÓCRATES.-Pués no cumplen, en este caso, todo lo que hacen y dicen. Porque, según creo, no se atreven a mantener, ni lo discuten, que deban escapar al castigo si cometen algún hecho injusto. Y al contrario, pienso que pretenden no cometerlo.¿No es eso?

EUTIFRÓN.-Dices la verdad.

SÓCRATES. Ellos no discuten, en modo alguno, el hecho de que el culpable deba ser castigado, sino que si se produce una discusión, centran esta en la cuestión de quién es el culpable, qué es lo que ha hecho y cuándo.

EUTIFRÓN.-Así es.

SÓCRATES.-No otra cosa acontece entre los dioses, si es que ellos, como tu afirmas, están también en desacuerdo acerca de lo justo y lo injusto, y unos pretenden que los otros cometen injusticias y estos que no. Con lo cual comprueba admirado amigo, que ninguno de los dioses y de los hombres se atreva a sostener que no debe castigarse la injusticia.

EUTIFRON.-Si, es verdad lo que dices, Sócrates, al menos en lo fundamental.

SOCRATES.-Los que discuten, sean hombres o dioses, supuesto que estos discutan no hacen otra cosa que disentir, Eutifron, acerca de cada caso en particular. Su opinión difiere respecto a un determinado acto, pues unos afirman que ese acto es justo y otros que es injusto. ¿No es asi?

EUTIFRÓN.-En efecto.

SÓCRATES.-Entonces, querido Eutifrón, tendrás que mostrarme para mí mejor conocimiento que prueba tienes de que todos los dioses consideran injusta la muerte de ese hombre, un mercenario que, al fin y al cabo, había cometido un homicidio y que, cargado de cadenas por el dueño de la victima, murió precisamente como consecuencia de las ligaduras antes que el que le había atado lograse saber qué es lo que convenia hacer con él. En este caso, habrá de aparecérseme como licito que un hijo debe perseguir e inculpar a su padre. Trata, pues, de probarme esto con claridad; a saber: que todos los dioses coinciden en considerar como licito este acto. Si me ofreces una prueba suficiente, no cesaré ya nunca de alabar tu ciencia.

EUTIFRÓN Pero esto quizá no sea obra de un momento, Sócrates, aunque estimo que podré mostrártelo con claridad.

SÓCRATEs.-Comprendo que yo te parezca más torpe que los jueces, pues es claro que piensas demostrarles que lo hecho por tu padre es injusto y, además, odiado por los dioses.

EUTIFRÓN.-Lo dejare en claro, efectivamente, Sócrates, si ellos se permiten el escucharme.


Textos Platón
Más cosas sobre Sócrates





































TRIBUNALES
Eutifrón niega que exista desacuerdo entre los dioses acerca de lo que, por ejemplo, es justo o injusto. Sócrates le plantea que responda a lo siguiente:
¿no sucede acaso que los hombres cuando se presentan ante los tribunales, no niegan que aquellos que cometan injusticia deban de ser castigados, sino que discuten acerca de si es justo o injusto aquello de lo que se les acusa?

Eutifrón





































ACONTECER
En el mundo de los dioses acontence algo parecido a lo que ocurre en los tribunales humanos: tambien discuten y están en desacuerdo acerca de sí es justo o injusto aquello de lo que se juzga a alguien. No niegan que deba castigarse la injusticia, sino que discuten acerca de lo que es justo o injusto.
Eutifrón





































DISENSIÓN
Todo lo que es objeto de discusión en el ámbito de los tribunales humanos o divinos implica disensión, es decir, consideraciones opuestas ante una misma cuestión.
Eutifrón





































PROBARME
Sobre el contexto de lo tratado anteriomente en el diálogo, Sócrates solicita a Eutifrón una prueba clara de lo siguiente:
  1. ¿tiene pruebas claras de que todos los dioses consideran injusta la muerte del mercenario condenado por su padre?
  2. ¿Es cierto que todos los dioses consideran como ilícito el acto realizado por su padre?

Eutifrón





































EUTIFRON

Eutifron:9c-11e

SÓCRATES·-Te prestarán atención, si tú les sabes hablar convenientemente. Pero una idea me ha venido a la mente mientras tú hablabas, y he aquí lo que me digo: «Aunque Eutifrón me hiciese ver a las claras que todos los dioses consideran como injusta esta muerte, ¿qué sacaria yo en limpio con esto acerca de lo que sea lo piadoso y lo impio? Cierto que esa acción seria, a lo que parece, odiada por los dioses, pero con ello no quedaria precisado, y lo veíamos hace un momento, qué es justamente lo piadoso y lo impio, pues se ha mostrado que una misma cosa puede ser odiada y querida por los dioses.» De modo que te libero, Eutifrón, de que me demuestres esto; si quieres, pensaremos que todos los dioses consideran tal cosa como injusta y la desaprueban. Y, si rectificamos lo expresado en nuestro razonamiento y afirmamos que lo que es odiado por todos los dioses es impio,y que lo que es querido por ellos es piadoso o que lo que unos aprueban y otros odian no es ni una ni otra cosa, ¿crees que queda asi delimitado para nosotros lo que ahora decíamos acerca de lo piadoso y lo impío?

EUTIFRÓN.-¿Qué impide qué sea asi, Sócrates?

SÓCRATES.-Por mi parte, nada. Eutifrón: mas considera en cuanto a ti, si, admitido esto, podrás enseñarme facilmente lo que has prometido.

EUTIFRÓN.-Desde luego, me atreveria a decir, sin reparo alguno, que lo piadoso es justamente lo que todos los dioses aprueban, en tanto por el contrario es impío lo que todos los dioses reprueban.

SÓCRATES.-Pero, ¿no será lícito que examinemos, Eutifrón, si hablas en este caso razonablemente? ¿O es que hemos de darnos por conformes y no inquirir ya nada de nosotros mismos y de los demás, sino acceder a lo que cualquiera se limite a decir? ¿No convendrá examinar lo que se nos afirma?

EUTIFRÓN.-No hay inconveniente, aunque, en lo que a mí respecta, me mantengo firme en lo que he dicho.

SÓCRATES.-Un momento, querido amigo, que tenemos un camino mejor. Reflexiona sobre esto: lo que es piadoso, ¿es aprobado por los dioses por ser piadoso, o bien es piadoso porque es aprobado por los dioses?

EUTIFRÓN.-No comprendo lo que quieres decir, Sócrates.

SÓCRATES.-Trataré de decírtelo con más claridad. ¿No distinguimos lo que es llevado y lo que lleva, lo que es conducido y lo que conduce, y lo que es visto y lo que ve? Comprendes perfectamente que estas cosas son distintas y, adviertes en qué lo son,¿no es eso?

EUTIFRÓN.-Me parece que lo comprendo.

SÓCRATES.-Del mismo modo, lo que es amado, ¿no es algo distinto de lo que ama?

EUTIFRÓN.-¿Cómo no?

SÓCRATES.-Mas dime ahora: ¿lo que es llevado es tal porque se le lleva o por algún otro motivo?

EUTIFRÓN.-No, sino porque se le lleva.

SÓCRATES.-E igualmente, lo que es conducido,¿es tal porque se le conduce y lo que es visto porque se le ve?

EUTIFRÓN.Sin duda alguna.

SÓCRATES.-Por consiguiente, no porque es vista se ve una cosa, sino que, por el contrario, porque se la ve es vista.Ni porque es conducida se la conduce, sino que porque se la conduce, por esto mismo es conducida; e igual ocurre que no porque se la lleva es llevada,sino que es llevada porque se la lleva. ¿No se te hace manifiesto, Eutifrón, lo que yo quiero decir? Pues helo aquí: quiero decir que si algo se produce o se sufre no es lo producido precisamente la causa de la acción, sino la acción la causa de ese efecto.y no porque esta es sufrida se produce, sino que porque se produce es sufrida. ¿O no estás de acuerdo en esto?

EUTIFRÓN.-Sí que lo estoy.

SÓCRATES.-¿Y no es verdad que cuando algo es amado,algo también es producido y sufrido por otro ser?

EUTIFRON.-Desde luego.

SÓCRATES.Ocurre aqui lo mismo que con lo dicho anteriormente. No porque un objeto es amado sienten amor por él los que le aman, sino que porque se le ama es realmente amado.

EUTIFRÓN.-Necesariamente.

SÓCRATES.-¿Cómo pues, Eutifrón, aplicaremos esto a lo que es piadoso? según lo que tú dices, ¿no se trata de algo amado por todos los dioses?

EUTIFRÓN.-Sí.

SÓCRATES.- ¿Y lo es por ser piadoso o por alguna otra causa?

EUTIFRÓN.-No, por la que tú dices.

SÓCRATES.- Luego porque es piadoso es amado, y no al contrario, porque es amado es piadoso.

EUTIFRÓN.Eso parece.

SÓCRATES.-Y, ciertamente, ¿también lo que resulta grato a los dioses lo es precisamente porque es amado por ellos?

EUTIFRÓN.-¿Cómo no?

SÓCRATES.- Pero, entonces, Eutifrón, lo que resulta grato a los dioses no es lo mismo que lo piadoso, ni lo que es piadoso puede confundirse con lo que resulta grato a los dioses, como tú dices; es claro que son cosas distintas.

EUTIFRÓN.-¿Cómo es eso, Sócrates?

SÓCRATES.- Porque hemos convenido que lo que es piadoso es amado por su condición de piadoso, y no lo es tal porque se le ame. ¿No es asi?

EUTIFRÓN.-Desde luego.

SÓCRATES.- Pero, en cambio, lo que es amado por los dioses es amado por esto mismo, y nada le va en ello a su naturaleza.

EUTIFRON.- Es verdad lo que dices.

SÓCRATES.- Porque supongamos, querido Eutifrón, que es una y la misma cosa lo que es amado por los dioses y lo que es piadoso. Entonces, si lo que es piadoso es amado por ser piadoso, también lo que es amado lo es por su carácter propio; y asi bien, si lo que es amado por los dioses lo es porque es amado, del mismo modo lo que es piadoso lo es porque es amado. Mas tú ves que ocurre de manera muy diferente, puesto que se trata de dos cosas completamente distintas. Y una es objeto de amor porque se la ama, en tanto la otra lo es porque su misma naturaleza lo exige.Me parece, pues, Eutifrón, que, invitado por mi a definir lo que es lo piadoso,no quieres mostrarme su verdadera naturalera, limitándote en esto a referirte a un simple hecho,cual es el de que acontece a lo que es piadoso que es amado por todos los dioses. Pero nada dices en cuanto a su carácter esencial. Por tanto, si lo crees oportuno, deja ya de disimular y, tomando las cosas desde el principio,dime lo que es realmente lo piadoso, sin tener en cuenta para nada si es amado por los dioses o cualquier otra circunstancia por el estilo. Porque no será este el motivo de nuestra discusion. Lo que importa es que me pruebes de buen grado cuál es la naturaleza de lo piadoso y de lo impío.

EUTIFRÓN.- Ciertamente, Sócrates, que ya no sé decirte lo que pienso. Pues parece que todo anda rondando alrededor de nosotros sin que llegue a encontrar un lugar fijo.

SÓCRATES.-Lo que tú dices, Eutifrón, semeja ser obra de Dédalo, nuestro antepasado. Y si fuese yo el que dijese y trajese a colación estas razones, tal vez podrias afirmar, en tono de chanza, que al descender de aquellas figuras que yo presento en palabras han de tratar de huir y no querer permanecer en el lugar que se les señala.Mas,como en este caso las hipótesis son tuyas, conviene que busquemos algún otro motivo de chanza, porque es claro que no quieren permanecer contigo, según tú mismo afirmas.

EUTIFRÓN.-A mí me parece, Sócrates, que esta chanza va muy bien con lo que ambos decimos. Porque no soy yo solo el que inspiro la necesidad de que estas hipótesis merodeen alrededor de nosotros y no permanezcan fijas. Eres tú precisamente quien me pareces ser Dédalo, puesto que si de mi dependiese haría lo posible para que permaneciesen.

SÓCRATES.-Es posible entonces, querido amigo,que sea yo todavia más diestro que este hombre en su arte, ya que él solo hacia que que no permaneciesen sus propias obras, en tanto yo, al parecer concede esto mismo tanto a las mias como a las ajenas. Y, ciertamente, lo que hay de más notable en mi arte es que soy diestro en él contra mi propia voluntad. Porque yo desearía únicamente que mis razones tuviesen solidez y se mostrasen firmes, y ello en mayor grado que los tesoros de Tántalo y la sabiduria de Dédalo juntos. Mas creo que ya se ha dicho bastante de estas cosas. Y como me pareces un hombre maleable, yo mismo pondré a contribución todo mi esfuerzo para que me alecciones acerca de lo que es lo piadoso. No abandones, pues, la tarea, y examina si no es necesario que todo lo que es piadoso sea también justo.

EUTIFRÓN.-Eso creo yo.

SÓCRATES.-Pero ¿todo lo que es justo es piadoso, o todo lo que es piadoso es justo, sin que ello quiera decir que todo lo que es justo es piadoso, sino que solo una parte de lo que es justo lo es, y otra, en cambio, no lo es?

EUTIFRÓN.- No soy capaz, Sócrates, de acompañarte en tus disquisiciones.


Textos Platón
Más cosas sobre Sócrates





































LIBERO
Eutifrón señala que responder a la cuestión planteada anteriormente por Sócrates no es cosa de un momento y que necesita tiempo para su exposición.
Sócrates, que parece temer otro relato poético, de caracter mitológico-oratorio, le señala a Eutifrón que le libera de la necesidad de tal demostración y acepta como hipótesis lo siguiente: aceptaremos que todos los dioses consideran como injustas ciertas cosas y, por tanto, tales cosas son impías, pero además, todos consideran ciertas cosas como justas, y por tanto, son piadosas. Por último, hay ciertas cuestiones que unos dioses aprueban y otros (siendo las mismas) condenan, estas ni serían piadosas ni serían impìas, es decir, no son ni una cosa ni otra.
Eutifrón se muestra de acuerdo con este planteamiento socrático. Sócrates señala que, admitido esto, debería mostrar ya, con claridad, cual es la naturaleza de la piedad.
Eutifrón





































APROBAR
Eutifrón, tomando al pie de la letra lo anterior, contesta a la pregunta socrática del un modo dogmático: lo que los dioses aprueban es piadoso y lo que los dioses reprueban es impío.
Evidentemente, esto implica no avanzar para nada en la investigación y seguir en el mismo punto de partida.
Eutifrón





































CONFORME
Sócrates le hacer ver a Eutifrón la poca racionalidad de la respuesta anterior. Tal respuesta implica, por su dogmatismo, el tener que abandonar todo intento de inquerir, a partir de uno mismo, la búsqueda de la verdad desde un punto de vista racional. Y es que, según Eutifrón, si queremos saber acerca lo qué los dioses consideran como justo o injusto, ya tenemos la respuesta dada en los libros de los poetas. Y fín de la cuestión.... ¡Desalentador!
Eutifrón





































CAMINO
Dado que la respuesta dada por Eutifrón convierte la investigación en un asunto dogmático, Sócrates le propone investigar la naturaleza de la piedad siguiendo otro camino, que le formula del modo siguiente: Lo piadoso es aprobado por los dioses por ser piadoso o es piadoso por ser aprobado por los dioses.
Eutifrón





































CLARIDAD
En principio, Eutifrón señala que no comprende muy bien lo planteado por Sócrates anteriormente.
Ello le lleva a Sócrates a tener que usar ejemplos que manifiesten con claridad lo que quiere decir:
Eutifrón





































PIADOSO
Sócrates plantea aplicar a la investigación acerca de la naturaleza de la piedad lo señalado anteriormente.
A los dioses algo les resulta grato (piadoso) porque la piedad es amada por si misma. Ello quiere decir que si algo a los dioses les resulte grato (piadoso) no por ello es piedad, sino que porque algo es piadoso es por lo que le resulta grato a los dioses.
Ahora bien, si ello es así, la afirmación de Eutifrón acerca de que la naturaleza de la piedad es tal debido a que los dioses la aman y le es grata, resulta totalmente desbaratada.
Eutifrón





































DISTINTAS
Sócrates quiere dejar claro ante Eutifrón que del análisis anterior se deduce lo siguiente: Piedad y ser Grato a los dioses no son lo mismo. Ser grato a los dioses y piedad son cosas distintas.
Lo que es piadoso es amado por su condición de piadoso, y no es piadoso porque se le ama

Eutifrón





































MISMA
Es evidente que si ser piadoso y ser grato a los dioses fueran la misma cosa, entonces, sabiendo lo que es ser grato a los mismos, deberíamos conocer lo que es la piedad.
Ahora bien, dado que anteriormente Eutifrón admitió que son distintas, es evidente que no llega con decir que algo es grato a los dioses para concluir que ese algo es piadoso.
Eutifrón





































ESENCIAL
Sócrates vuelve interrogar a Eutifrón, a partir de los nuevos presupuestos establecidos más arriba, acerca de la naturaleza esencial de la piedad, pero sin tener en cuenta para nada, si es amada por los dioses o cualquier otra circunstancia por el estilo. Lo que interesa es demostrar la esencia de la piedad, pero considerada en sí misma, al margen de cualquier elemento externo a la misma.
¿Vale la piedad por sí misma?

Eutifrón





































RONDAR
Eutifrón deja sentir claramente del sentimiento de confusión producido por lo que representa un tipo de investigación libre y racional, al margen de lo fijo y lo seguro presentes en los libros de los poetas mitológicos.
Eutifrón





































DEDALO
Dédalo, en la mitología griega, el arquitecto e inventor que diseñó para el rey Minos de Creta el laberinto en el que fue aprisionado el Minotauro, un monstruo comedor de hombres que era mitad hombre y mitad toro. El laberinto fue tan hábilmente diseñado que nadie podía escapar de ese espacio intrincado o del Minotauro. Dédalo reveló el secreto del laberinto sólo a Ariadna, hija de Minos, y ella ayudó a su amante, el héroe ateniense Teseo, a matar al monstruo y escapar. Encolerizado por la fuga, Minos encarceló a Dédalo y a su hijo Ícaro en el laberinto. Aunque los prisioneros no podían encontrar la salida, Dédalo fabricó alas de cera para que ambos pudieran salir volando del laberinto. Ícaro, sin embargo, voló demasiado cerca del sol; sus alas se derritieron y cayó al mar. Dédalo voló hasta Sicilia, donde fue recibido por el rey Cócalo. Minos persiguió después a Dédalo pero las hijas de Cócalo lo mataron.
Eutifrón





































TÁNTALO
Tántalo, en la mitología griega, rey de Lidia e hijo de Zeus. Los dioses honraron a Tántalo más que a ningún otro mortal. Él comió a su mesa en el Olimpo, y en una ocasión fueron a cenar en su palacio. Para probar su omnisciencia, Tántalo mató a su único hijo, Pélope, lo coció en un caldero y lo sirvió en el banquete. Los dioses, sin embargo, se dieron cuenta de la naturaleza del alimento y no lo probaron. Devolvieron la vida a Pélope y decidieron un castigo terrible para Tántalo. Lo colgaron para siempre de un árbol en el Tártaro y fue condenado a sufrir sed y hambre angustiosas. Bajo él había un estanque de agua pero, cuando se detenía a beber, el estanque quedaba fuera de su alcance. El árbol estaba cargado de peras, manzanas, higos, aceitunas maduras y granadas, pero cuando estaba cerca de las frutas el viento apartaba a las ramas.
Eutifrón





































YO MISMO
Ante la confusión experimentada por Eutifrón en relación con la metodología racional usada por Sócrates, éste le plantea realizar su propia contribución acerca lo que considera que pudiera ser la naturaleza de la Piedad.
Eutifrón





































JUSTO
La nueva investigación socrática plantea averigüar lo siguiente:
  1. ¿Es lo piadoso justo sin necesidad que lo justo sea piadoso?
  2. ¿Podría ser una parte de lo justo piadoso pero otra parte no?

Eutifrón





































EUTIFRON

Eutifron:12a-12e

SÓCRATES.- Sin embargo, tú eres más joven que yo y me sobrepasas en sabiduria más de lo que yo a ti en edad. Pero ,lo que yo digo, dispones de bastantes reservas de saber y hay que utilizarlas. Así, pues, querido, no decaigas en tu esfuerzo, porque no es dificil de comprender lo que yo afirmo. Digo justamente lo contrario de lo que enunciaba el poeta cuando decia:
No quieres celebrar a Zeus que hizo y engendró esto,pues alli donde está el temor tambien está la reverencia.
Pues bien, mi diferencia con el poeta es notable. ¿Deseas que te la muestre?

EUTRIFRÓN.- Desde luego.

SÓCRATES.- No me parece a mí que «alli donde está el temor también está la reverencia». Porque creo que muchos que temen las enfermedades, la pobreza y otras muchas cosas, tienen, en efecto, temor, pero no sienten respeto hacia lo que temen. ¿No es este tu parecer?

EUTIFRÓN.-Indudablemente.

SÓCRATES.- Más allí donde está la reverencia también está el temor.¿O es que hay alguien que, avergonzándose en algo de si mismo, no sienta a la vez miedo y temor por su mala reputación?

EUTIFRÓN.-Claro que ha de sentirlo.

SÓCRATES.-No creo, pues, que se diga con propiedad «allí donde está el temor también está la reverencia», y será mejor decir que «alli donde está la reverencia también está el temor». Porque,desde luego,no se da el respeto siempre que se da el temor. Y a mi juicio, el temor abarca más que el respeto, ya que este no es otra cosa que una parte de aquel, lo mismo que el número impar es una parte del numero, hasta el punto de que si no hay necesariamente número impar alli donde hay número, si hay, en cambio, número allí donde hay número impar. ¿Sigues ahora mi razonamiento?

EUTIFRÓN.-Claro que lo sigo.

SÓCRATES.-Cosa análoga quería yo decirte hace un momento; de ahí que te preguntase si alli donde está la justicia también está la piedad, o lo que es lo mismo, si, dado que todo lo que es piadoso es justo, puede haber algo justo que no sea enteramente piadoso. Considerariamos entonces la piedad como una parte de la justicia. ¿Estamos conformes con esto o deseas manifestarte de otro modo?

EUTIFRÓN.-No, ya que me parece que estás en lo cierto.

SÓCRATES.-Presta entonces atención a lo que voy a decir. Si, pues, la piedad es una parte de la justicja, conviene, según parece, que descubramos cual es esra parte de la jus.Y,como ocurría en el caso anterior,si tú me hubieses preguntado qué parte del número es el número par y qué es en realidad este número, te habría contestado que es el número no impar, divisible en dos partes iguales. ¿No estás de acuerdo?

EUTIFRÓN.-Sí que lo estoy.

SÓCRATES.-Intenta entonces mostrarme, siguiendo este ejemplo, qué parte de la justicia es piadosa para que podamos decir a Melitos que no se muestre injusto con nosotros ni nos acuse de impiedad, ya que hemos aprendido de ti suficientemente qué es en realidad lo religioso y lo piadoso, diferenciándolo de lo que no lo es.

EUTIFRON.-Pues bien, Sócrates: he aqui la parte de la justicia que, a mi parecer, es religiosa y piadosa: no es otra que la que trata de la veneración de los dioses; todo lo demás,esto es,lo referente a los hombres, constituye la otra parte de la justicia.


Textos Platón
Más cosas sobre Sócrates





































POETA
Dado que Eutifrón afirma no poder acompañar a Sócrates en sus disquisiciones, éste se sirve de un dicho del Poeta, acerca del temor y la reverencia, para explicar lo que quiere decir.
Temor y Reverencia no son conceptos equivalentes ya que muchas personas dicen temer a la enfermedad y, sin embargo, no manifiesta ante ella el más mínimo respeto, sino que cuanto más lejos mejor.
Eutifrón





































REVERENCIA
La reverencia o respeto es, por tanto, una parte del temor, ya que el temor abarca más que el respeto.
Y es que, como hemos visto antes, no todas las cosas que tememos necesariamente respetamos, aunque existen ciertas cosas que reverenciamos o respetamos y tambien tememos.
Eutifrón





































IMPAR
El impar es una parte del número, pero el número abarca más que lo impar. Ello implica que allí donde no hay número no puede haber impar, y, sin embargo, pueder haber número aunque no haya impar.
Eutifrón





































ANÁLOGA
Sócrates aplica lo dicho anteriormente sobre los números al los conceptos de piedad y de justicia: aunque todo lo piadoso es justo, no necesariamente todo lo justo es piadoso.
En este sentido, la justicia sería una parte de la piedad.
Eutifrón





































PARTE
En la necesidad de averigüar la parte de la justicia que es piadosa, Sócrates le plantea a Eutifrón que, del mismo modo que si le preguntase a alguien qué parte del número es lo número par y que es realmente este número, podría contestar que es el número no impar divisible en dos partes iguales, asi tambien, Eutifrón debería de contestar acerca de la parte de la justicia que es piedad.
Eutifrón





































VENERACIÓN
La respuesta de Eutifrón acerca de la parte de la justicia que es piedad es la siguiente: la parte de la justicia que se identifica con la piedad es la que trata de la veneración de los dioses; la otra parte de la justicia que no se identifica con la piedad, es la que trata de la justicia tal como la entendemos y la aplicamos los hombres.
Eutifrón





































EUTIFRON

Eutifron:13a-16a

SÓCRATES.-Me parecen razones de peso las que tú ofreces, Eutifrón; pero, con todo, resultan todavía algo insuficientes. No comprendo bien lo que quieres indicar con la palabra «veneración. Seguramente, esta veneración o culto de los dioses no tiene nada que ver con otros servicios. Y asi decimos en sentido corriente: «No todo el mundo sabe cuidar de los caballos; esto es de incumbencia del buen jinete. ¿No es asi?

EUTIFRÓN.-Desde luego.

SÓCRATES.-Naturalmente, porque lo propio de él es el cuidado de los caballos.

EUTIFRÓN.-Eso es.

SÓCRATES.-Así, puede decirse tambien que no todo el mundo está práctico en el cuidado de los perros, sino que ello corresponde al hombre diestro en el arte de la caza.

EUTIFRÓN.En efecto.

SÓCRATES.-Porque su cometido es precisamente este: el del cuidado de los perros.

EUTIFRÓN.-Tú lo has dicho.

SÓCRATES.- Lo mismo que corresponde al boyero el cuidado de los bueyes.

EUTIFRÓN.- Claro que sí.

SÓCRATES.- Y asi también. Eutifrón, la piedad y la devoción consistirán en el cuidado de los dioses. ¿No es eso lo que tú dices?

EUTIFRÓN.- Eso, al menos, creo yo.

SOCRATES.- Mas, ¿no versa siempre sobre lo mismo todo ese cuidado de que aqui hablamos? Porque, al fin, apunta al bien y a la utilidad de aquello que se cuida. Y ves, por ejemplo, cómo los caballos cuidados por el buen jinete sacan provecho y se hacen mejores. ¿No lo crees asi?

EUTIFRÓN.- Naturalmente.

SÓCRATES·- Y lo mismo los perros cuidados por el hombre diestro en la caza, o los bueyes cuidados por el boyero, y todos los demás que podriamos enumerar. ¿O estimas tal vez que el cuidado puede resultar en daño del que lo recibe?

EUTIFRÓN.- No,por Zeus, esa no es mi opinión.

SÓCRATES.-Entonces, claro es que servirá para su provecho.

EUTIFRÓN.- ¿Cómo no?

SÓCRATES.- ¿Es así,pues,que la piedad destinada al cuidado de los dieses, es provechosa para ellos y les hace mejores? ¿Te muestras, por tanto, dispuesto conceder que cuando haces algo piadoso perfeccionas tambien a alguno de los dioses?

EUTIFRÓN.- ¡Por Zeus! que ese no es mi pensamiento.

SÓCRATES.-Bien creia yo, Eutifrón, que tú no pensabas así; estaba, en verdad, muy lejos de imaginarlo.Y si yo te preguntaba sobre lo que era a tu juicio el cuidado de los dioses, créeme que no prejuzgaba en ti tal afirmación.

EUTIFRÓN·- Y estabas, justamente, en lo cierto, Sócrates, porque yo no hablo en modo alguno de esa clase de cuidados.

SÓCRATES·-Vamos a ver, entonces: ¿que es ese cuidado de los dioses al que llamamos piedad?

EUTRIFRÓN.- Es un cuidado semejante, Sócrates, al que los esclavos practican con sus amos.

SÓCRATES.- Comprendo perfectamente; se trata de un servicio concerniente a los dioses.

EUTIFRÓN.- Eso es, en efecto.

SÓCRATES.- ¿Podrías decirme, pues, en lo relativo a los servicios de los médicos, qué perfección pretenden sus servicios? ¿No estimas que es la salud?

EUTIFRÓN.- Claro que si.

SÓCRATES.- Y en cuanto a los servicios de los que construyen los navíos, ¿cuál será la utilidad a la que aspiran?

EUTIFRÓN.- Indudablemente, Sócrates,aspiran a la construcción de los navíos.

SÓCRATES.- Lo mismo que los servicios de los arquitectos a la construcción de las casas, ¿no es eso?

EUTIFRÓN.- Exacto.

SÓCRATES.- Dime ahora, querido,puesto que llegamos a los servicios de los dieses. ¿qué utilidad pretenden sus servicios? Porque es evidente que tú lo sabes, dado que dices ser hombre muy entendido en las cosas de los dioses.

EUTIFRÓN.- Eso afirmo, y es verdad, Sócrates.

SÓCRATES.- Habla, entonces, ¡por Zeus! ¿cuál es esa hermosísima obra que realizan los dioses en gracia a nuestros servicios?

EUTIFRÓN.- No una, Sócrates, sino muchas y hermosas obras.

SÓCRATES.- Otro tanto podrias decir, querido, de los generales de los ejercitos. ¿Admitirías facilmente que su aspiración más alta no es otra que conseguir la victoria en la guerra? ¿No lo estimas así?

EUTIFRÓN.- ¿Cómo no?

SÓCRATES.- Creo también que los agricultores hacen muchas y hermosas cosas, aunque en definitiva la principal de ellas sea el alcanzarnos el alimento de la tierra.

EUTIFRÓN·-En efecto.

SÓCRATES.- Y del mismo modo, todas esas hermosas obras que realizan los dioses, ¿en qué ganancia fundamental pueden resumirse?

EUTIFRÓN.- Acabo de decirte hace un momento, Sócrates, que resulta ardua tarea el llegar a instruirse en esto con todo detalle. Pero, para ser breve, te indicaré en pocas palabras que quien sabe decir y hacer lo que es grato a los dioses, bien con sus súplicas, bien con sus sacrificios, es precisamente el ser piadoso, y el que procura la salvación de las familias y de las ciudades. Lo contrario de esto es impiedad y motivo de conmociones y de ruinas.

SÓCRATES.- Creo ciertamente, Eutifrón, que si ese era tu deseo, aún hubiéses podido resumirme más brevemente lo que yo te preguntaba. Mas voy dándome cuenta que no te hallas bien dispuesto para instruirme; eso aparece ya con claridad. Porque ahora, por ejemplo, estabas a punto de hacerlo y de pronto has vuelto sobre tus pasos. Y si tú hubieses contestado a mi pregunta es claro que habría sabido suficientemente en que consiste lo piadoso. Aún será necesario, pues, que el amante siga al objeto amado, dondequiera que este le lleve. Veamos, por tanto, cómo consideras tú lo justo y cuál su virtud principal. ¿No lo estimas acaso como una ciencia de sacrificios y de rogativas?

EUTIFRÓN.-Naturalmente

SÓCRATES.- Ahora bien: ¿sacrificar no es ofrecer presentes a los dioses y suplicar dirigirles rogativas?

EUTIFRÓN.- Eso es por cierto, Sócrates.

SÓCRATES.- Según este razonamiento, la piedad tendria que ser la ciencia de las rogativas y de los presentes a los dioses.

EUTIFRÓN.- Efectivamente, Sócrates, has comprendido muy bien lo que yo decía.

SÓCRATES.-¡Ah!,querido amigo,porque soy un ferviente amante de tu sabiduría te concedo toda mi atención para que no se pierda ni una sola gota de lo que tú dices. Dame, pues, a conocer en qué consiste ese servicio a los dioses. ¿Declaras que se trata de rogativas y de presentes ofrecidos a ellos?

EUTIFRÓN.- No tengo inconveniente.

SÓCRATES.- Pero pedir a los dioses lo que debemos pedir, ¿no es justamente solicitar de estos aquellas cosas de que tenemos necesidad?

EUTIFRÓN.- ¿Qué otra cosa podria ser?

SÓCRATES.- Y así mismo, ofrecerles los presentes debidos, ¿no es también hacerles donación por nuestra parte de aquello de que tienen necesidad? Porque, desde luego, sería obra de un hombre inteligente el conceder presentes a quien no tiene necesidad de ellos.

EUTIFRÓN.-Dices verdad,Sócrates.

SÓCRATES.-Pero, en este caso, Eutifrón, la piedad se convertiría en una técnica comercial que regulase los intercambios entre los dioses y los hombres.

EUTIFRÓN.-Llamémosla tecnica comercial si ese es el nombre que te place.

SÓCRATES.- No me place, desde luego, si no es realmente la verdad. Dime, por consiguiente, qué provecho pueden obtener los dioses de los presentes que reciben de nosotros. Porque en cuanto a lo que ellos nos dan, está manifestado para todo el mundo, ya que no poseemos ningun bien que no nos haya sido dado por los dieses. Mas, ¿que es, en cambio, lo que reciben de nosotros y qué provecho pueden obtener de ello? ¿O es qué vamos a admitir que somos superiores a los dioses en el arte de comerciar hasta el punto de que recibimos de ellos todo aquello que es bueno para nosotros, sin que, a cambio, reciban ellos nada de nosotros?

EUTIFRÓN.- Pero ¿es qué crees, Sócrates, que los dioses obtienen provecho de los presentes que reciben de nosotros?

SÓCRATES.- Y si no es asi, Eutifrón,¿qué significación podrían tener esos presentes que les ofrecemos?

EUTIFRÓN.-¿Pues qué otra cosa piensas que son sino una manera de honrarles, de respetarles y, como decia hace un momento,de mostrarles nuestra gratitud?

SÓCRATES.-Entonces, Eutifrón, lo que es piadoso es lo que resulta grato a los dioses, pero no lo que les es útil o amado por ellos.

EUTIFRÓN.- Yo, al menos, pienso que lo que les resulta grato es también lo más amado por los dioses.

SÓCRATES.- Lo que quiere decir, según parece, que lo piadoso es lo que es amado por los dioses.

EUTIFRÓN.- No hay duda alguna.

SÓCRATES.-Y diciendo esto, ¿podrás admirarte de que tus afirmaciones te parezcan inestables y de que anden rondando de aqui para allá? ¿Te atreverás a compararme a Dédalo y me harás responsable de esta inestabilidad, cuando eres tú precisamente mucho más diestro que Dédalo, ya que conslgues que esas razones estén girando en círculo? ¿O acaso no te das cuenta de que nuestro razonamiento gira sobre nosotros mismos y vuelve otra vez al mismo lugar? Porque, ¿has olvidado ya que anteriormente nos parecia que ser piadoso y amado por los dioses no en modo alguno la misma cosa, sino cosas distintas? ¿Lo recuerdas?.

EUTIFRÓN.-Claro que si.

SÓCRATES.- ¿Y no consideras ahora que, según lo que acabas de decir, lo piadoso es lo que es amado por los dioses? Porque lo que es amado por los dieses, ¿es otra cosa que lo que los dioses aman?

EUTIFRÓN.- Es la misma cosa.

SÓCRATES.- Entonces, una de dos:o recientemente no comulgábamos en una opinión sensata, o si pensábamos rectamente, es ahora cuando extraviamos nuestro pensamiento.

EUTIFRÓN.- Eso parece.

SÓCRATES.-Será conveniente, por tanto, que volvamos a considerar de nuevo lo que es lo piadoso. En lo que a mi respecta, ten por seguro que no cejaré en la búsqueda hasta que llegue a saberlo. Pero tú, a la vez, no desdeñes este esfuerzo mio, y, aplicando con todo interés tu pensamiento, dime ahora, al fin, dónde está la verdad. Porque es claro que si algún hombre la conoce, ese hombre eres tu, y no habrá que abandonarte, como al dios Proteo, antes que hayas hablado. Pues si no discernías con seguridad lo que es piadoso de lo que no lo es,no hay razón para que hubieses lanzado la acusación de homicidio contra tu anciano padre,por culpa de un hombre a sueldo. Y habrías debido contar, por el contrario, con el temor a los dioses para no verte expuesto a no obrar rectamente, así como con el debido respeto a la opinión de los hombres. Mas veo ahora que tú crees saber firmemente lo que es lo piadoso y lo que no lo es: dimelo, pues, querido Eutifrón, y no me ocultes lo que piensas a este respecto.

EUTIFRÓN.-Déjalo para otra ocasión, Sócrates, porque ahora ando con prisas y es hora ya de que me marche.

SÓCRATES.- ¿Qué es lo que vas a hacer mi buen amigo? Te marchas, echando por tierra la gran esperanza que tenia de aprender de ti lo que es lo piadoso y lo que no los es. Pues es el caso que pensaba liberarme de la acusación de Melitos, haciéndole ver que, aleccionadno por Eutifrón en las cosas divinas, no me aventuraba a improvisar y a innovar por ignorancia en estas materias y formulaba el propósito de llevar en lo sucesivo una vida mejor.

FIN DE EUTIFRÓN,O DE LA PIEDAD


Textos Platón
Más cosas sobre Sócrates





































PALABRA
Ante la afirmación de Eutifrón acerca de que la parte de la justicia que es piadosa coincide con la veneración a los dioses, Sócrates plantea la necesidad de investigar el significado de tal palabra
Eutifrón





































SERVICIOS
Para analizar el significado de la palabra veneración, Sócrates plantea comparar el acto de venerar a los dioses con la realización de otros actos o servicios, como pueden ser el cuidado de los caballos, de los perros o de los bueyes. En este sentido, hablar de veneración a los dioses sería sinónimo de realizar algún tipo de cuidado con ellos.
Pues bien, en este contexto, parece evidente, señala, que en relación con tales cuidados suceden dos cosas:
  1. El servicio-cuidado debería realizarse siempre por un experto en la materia.
  2. El experto siempre persigue con sus cuidados-servicios el hacer mejores a todos aquellos a los que cuida o sirve.

Eutifrón





































BIEN
Asi como el que sabe cuidar caballos o perros, lo que persigue es hacerlos buenos; así tambien, el que venera a los dioses debe cuidarlos y, consiguientemente, hacerlos mejores.
Eutifrón





































PERFECCIÓN
Eutirfón se rebela contra la conclusión que Sócrates deduce a partir del análisis de la palabra veneración. Eutifrón se niega a aceptar esta conclusión:
cuando alguien hace algo piadoso perfecciona tambien a alguno de los dioses

Eutifrón





































CLASE
Sócrates afirma que en ningún momento ha pensado que Eutifrón hubiera creido que el significado que daba a la palabra veneración hubiera sido el expresado anteriormente.
Acepta, por tanto, el rechazo de Eutifrón acerca de que veneración coincida con el concepto de cuidado señalado anteriormente.
La veneración no consiste, por tanto, en el cuidado que se realiza con los dioses con el objeto de hacerlos mejores

Eutifrón





































CUIDADO
Si se rechaza que la veneración consista en hacer mejores a los dioses, entonces, plantea Sócrates, cuando alguien los venera ¿qué es lo que persigue con su actuación, si ello no puede consistir en hacerlo mejores?
Eutifrón





































SEMEJANTE
Eutifrón compara el cuidado de los hombres para con los dioses, con el servicio que los esclavos practican con sus amos. Es decir, se produce un servicio entre un inferior y un superior.
Eutifrón





































MEDICOS
Entendido, por parte de Sócrates, que, según Eutifrón, el contenido del cuidado piadoso de los hombres para con los dioses, implica la relación entre un inferior y un superior, Sócrates le plantea el intentar descubrir algo más en tal relación.
Parece evidente que cuando se establece una relación de cuidado entre, por ejemplo, un enfermo y un médico, el primero, solicita un servicio o cuidado, y el segundo lo realiza de modo concreto persiguiendo la utilidad de la salud para el enfermo.
Eutifrón





































UTILIDAD
Sócrates le plantea claramente a Eutifrón lo siguiente: cuando solicitamos un servicio de los dioses, ¿qué utilidad se pretende de ellos? ¿Cuál es la buena obra que los dioses realizan cuando se le solicitan sus servicios?
Eutifrón





































DIOSES
Sócrates sigue solicitando a Eutifrón (el sabio en cuestiones de caracter religioso) que responda a sus interrogantes:
  1. Los servicios de los arquitectos se encaminan a construir buenos edificios. ¿Cuáles son los servicios que realizan los dioses cuando les solicitamos su servicio?
  2. Los servicios de los generales se encaminan a la consecución de victorias en los campos de batalla. ¿Cuáles son los servicios que realizan los dioses cuando les solicitamos su servicio?
  3. Los servicios de los agricultores se encaminan a la procura de alimentos. ¿Cuáles son los servicios que realizan los dioses cuando les solicitamos su servicio?
¿Cuáles son las hermosas obras que realizan los dioses?

Eutifrón





































SALVACIÓN
Eutifrón, que se encuentra realmente presionado por Sócrates, a la pregunta anterior, contesta lo siguiente:
El servicio de los dioses consiste en procurar la salvación de las familias y de las ciudades.

Eutifrón





































CIENCIA
Sócrates manifiesta cierta decepción a la respuesta dada anteriormente por Eutifrón, ya que parece que éste repite siempre lo mismo sin permitir ningún tipo de avance en la investigación.
De todos modos, Sócrates se encuentra dispuesto a seguir el camino marcado por el interlocutor que parece afirmar ahora que una acto piadoso es como una ciencia de sacrificios y de rogativas, dirigidos a los dioses, con el objeto de que éstos procuren la salvación de las familias y de las ciudades.
Eutifrón





































SACRIFICAR
Sócrates y Eutifrón se ponen de acuerdo en que sacrificio consiste en ofrecer presentes a los dioses.
Eutifrón





































SUPLICAR
Sócrates y Eutifrón se ponen de acuerdo en que suplica consiste en dirigir rogativas a los dioses.
Eutifrón





































NECESIDAD
Sobre la base de las definiciones anteriores, Sócrates razona asi: si el servicio a los dioses consiste en ofrecer presentes y suplicar rogativas, de ello parecen seguirse las siguientes conclusiones:
  1. Los que realizan rogativas tienen necesidad de conseguir algo de los dioses.
  2. Los que ofrecen presentes parece que hacen donaciones de algo que los dioses deben necesitar.

Eutifrón





































TÉCNICA
Sócrates le hace ver a Eutifrón que la visión de la Piedad que está defendiendo ahora convierte realmente a ésta en una especie de técnica comercial que regula los intercambios entre los dioses y los hombres.
Lo curioso es que Eutifrón no pone reparos a este tipo de definición que acepta de un modo totalmente acrítico.
Eutifrón





































VERDAD
Sócrates se rebela contra la aceptación, sin más, (le debió sonar lo mismo que cuando se le daba la razón a un loco) que Eutifrón realiza a la definición de Piedad como Técnica comercial.
Por ello le recuerda que él (Sócrates) solamente está dispuesto a aceptar aquello que se muestre de acuerdo con la verdad.
Eutifrón





































PROVECHO
Aunque a Socrates no le satisface el reducir la Piedad a una especie de técnica comercial entre dioses y hombres, se muestra dispuesto a analizar lo que Eutifrón acepta sin más, y, por ello, le plantea lo siguiente: entiendo, señala Sócrates, el provecho que la ciudad y sus ciudadanos pueden recibir de los dioses a partir de las rogativas que los hombres les hacen. Ahora bien, continúa, ¿qué provecho obtienen los dioses del comercio establecido con los hombres? Pues parece dificil de admitir que en el intercambio los hombres reciban lo que es bueno para ellos mientras que los dioses no reciban nada a cambio. ¿Qué clase de relación comercial es esa?
Eutifrón





































GRATITUD
Eutifrón se rebela de nuevo ante las conclusiones que parecen deducirse de su precipitada aceptación de la Piedad como sinónimo de técnica comercial. Niega que los dioses obtengan ningún tipo de provecho a partir de las ofrendas que reciben de los hombres.
Lo que sucede es tal afirmación parece estar en contradicción con la definición de Piedad como sinómino de comercio entre dioses y hombres.
Finalmente, Eutifrón señala: los dioses no obtienen ningún provecho, ya que los presentes humanos a ellos ofrecidos, lo único que persiguen es mostrarles gratitud.
Eutifrón





































UTIL
El concepto de gratitud que Eutifrón ha introducido anteriormente le lleva a Sócrates a plantear lo siguiente: Eutifrón acepta que lo que es grato a los dioses es tambien util y amado por ellos.
Eutifrón





































OLVIDADO
La aceptación de lo planteado anteriormente le lleva a Sócrates a acusar a Eutifrón de estar situado en un círculo vicioso, pues no debería olvidar que hace poco, en este mismo diálogo, había aceptado como verdadero que lo grato-piadoso y lo amado por los dioses eran cosas distintas. Ahora, sin embargo, vuelve a establecer como verdad lo contrario: lo grato-piadoso es lo mismo que lo amado por los dioses.
Eutifrón





































NUEVO
Dado que la investigación parece llevarnos de nuevo al principio, una de dos: (plantea Sócrates) o bien, anteriormente habíamos extraviado nuestro camino, o bien, ahora hemos cometido un error. Todo ello hace, afirma Sócrates, que tengamos que considerar de nuevo la naturaleza de la Piedad.
Eutifrón





































PROTEO (Según Encarta)
Proteo, en la mitología griega, hijo de Poseidón, dios del mar, o su sirviente y cuidador de sus focas. Proteo conocía todas las cosas pasadas, presentes y futuras pero era capaz de cambiar voluntariamente su aspecto para evitar a los que requerían de su facultad profética. Todos los días, a mediodía, Proteo surgía del mar y dormía a la sombra de las rocas en la isla de Faros, en Egipto, con sus focas tendidas a su alrededor. Todo aquel que deseara saber el futuro tenía que retenerlo en ese momento e intentar no soltarlo cuando asumía apariencias horribles, como animales salvajes y monstruos terribles. Si ninguna de sus artimañas prosperaba, Proteo recuperaba su forma habitual y decía la verdad. Entre los que lucharon con Proteo para conocer la verdad se encontraba Menelao, rey de Esparta.
Eutifrón





































HOMICIDIO
Sócrates quiere hacer ver a Eutifrón la necesidad de investigar la naturaleza de la piedad, ya que, de lo contrario, parecería que está cometiendo un acto de tremenda irresponsabilidad: realizar una acusación de impiedad por homicidio en contra de su propio padre, sin tener noción clara de lo que es la piedad y la impiedad.
Eutifrón





































OCASION
Eutifrón decide dejar para otra ocasión la investigación sobre la naturaleza de la piedad. Tiene prisa y debe marcharse pues, seguramente, estarían a punto de cerrar las ventanillas en donde depositar su denuncia.
Eutifrón





































ESPERANZA
Sócrates muestra, ante la decisión de Eutifrón, una gran decepción por las esperanzas depositadas en un hombre aparentemente sabio en cuestiones de caracter religioso. Y el significado de tal decepción es clara:

Eutifrón