Meditaciones Metafísicas
(2ª Meditación)


Descartes (1596-1650)

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Desaparición de la duda metódica y naturaleza del Yo

Pero hay un no sé quién engañador sumamente poderoso, sumamente listo, que me hace errar siempre a proposito........Pero por más que me engañe, no podrá nunca conseguir que yo no exista mientras yo siga pensando que soy algo. De manera que, una vez sopesados de forma escrupulosa todos los argumentos, se ha de concluir que siempre que digo "yo soy, yo existo" o lo concibo en mi mente, necesariamente debe ser verdad. No alcanzo, sin embargo, a comprender todavía quien soy yo, que existo necesariamente.....Pero ¿qué soy ahora, si supongo que algún engañador potentísimo, y si me es permitido decirlo, maligno, me hace errar intencionadamente ante todo cuanto puede?.........Doy más y más vueltas a la cuestión: no se me ocurre nada, y me fatigo considerando siempre lo mismo. ¿Qué acontece a las cosas que atribuía al alma, como alimentarse o andar? Puesto que no tengo cuerpo, todo esto no es sino ficción. ¿Y sentir? Esto no se puede llevar a cabo sin el cuerpo.........¿Y pensar? Aquí me encuentro con lo siguiente: el pensamiento existe, y no puede serme arrebatado; "yo soy, yo existo": es manifiesto..... No admito ahora nada que no sea necesariamente cierto; soy, por lo tanto, en definitiva, una cosa que piensa, esto es, una mente, un alma, un intelecto, o una razón, vocablos de un significado que antes me era desconocido. Soy en consecuencia, una cosa cierta, y a ciencia cierta existente. Pero ¿qué soy? Ya lo he dicho, una cosa que piensa..........
Conozco que existo; me pregunto ahora ¿quién, pues, soy yo que he advertido que existo? Es indudable que este concepto, tomado estrictamente en sí, no depende de las cosas que todavía no sé si existen, y, por lo tanto, de ninguna de las que me figuro en mi imaginación.... puesto que imaginar no es otra cosa que contemplar la figura o la imagen de una cosa corporea. Pero sé ahora con certeza que yo existo, y que puede suceder al mismo tiempo que todas estas imágenes y, en general, todo lo que se refiere a la naturaleza del cuerpo no sean sino sueños....¿Qué soy? Una cosa que piensa. ¿Qué significa esto? Una cosa que duda, que conoce, que afirma, que niega, que quiere, que rechaza, y que imagina y siente.... Yo soy una cosa que piensa, esto es, una cosa que duda, afirma, niega, que sabe poco e ignora mucho, que desea, que rechaza y aún que imagina y siente. Porque, en efecto, he comprobado que por más que lo que siento y lo que imagino no tenga quizás existencia fuera de mí, estoy seguro, sin embargo, de que estos modos de pensar que llamo sentimientos e imaginaciones, existen en mí en tanto son solamente modos de pensar.
Descartes. Meditaciones metafísicas.2ª y 3ª meditación

DESCARTES


SECCIÓN 1
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SECCIÓN 2

Meditación1
Meditación3
Meditación4
Meditación5
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SECCIÓN 3
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Textos





































ENGAÑADOR PODEROSO
Se refiere a la hipótesis del genio maligno, presente en la 1ª Meditación, y que habría que situar en relación con una de las tres razones que llevaron a Descartes a plantear la 
duda metódica.
2ª Meditación





































YO SOY, YO EXISTO

Este es el principio indubitable que Descartes andaba buscando. Con el famoso cogito, ergo sum (pienso, luego existo), Descartes, se encuentra con un principio que parece resistir todas las investidas de la duda metódica. Y es que, por lo que se refiere a la duda basada en el engaño de los sentidos, este principio parece no tener nada que ver con ellos. No olvidar que el existo, del que habla Descartes, no se refiere a la existencia como algo corporal sino unicamente como pensamiento. Por ello no tendría sentido afirmar, por ejemplo, respiro, luego existo o camino, luego existo,  ya que, para llevar a cabo estas funciones, se necesita del cuerpo y de los sentidos y éstos siguen estando prisioneros de la duda metódica. Tampoco se ve afectado por el mundo de los sueños, ya que esté uno dormido o despierto, la existencia del pensamiento es algo evidente. Por último el genio maligno tampoco puede hacerme dudar sobre mi existencia como ser pensante. Podría, afirma Descartes, hacerme dudar sobre la veracidad de los objetos de mi pensamiento, pero sobre el pensar en sí no puede hacerlo, ya que es evidente que tengo pensamientos.
2ª Meditación





































NO TENGO CUERPO
Es evidente que a estas alturas de sus Meditaciones, Descartes, unicamente está seguro de que existe como un ser pensante ya que, ni el más poderoso de los dioses, podría lograr  desuadirle de que tiene pensamientos. Pero sobre todo lo demás sigue estando presente la duda metódica. Eso quiere decir que todo lo que percibo por los sentidos, sea en lo lejano o en lo cercano, sigue siendo dudoso. Y es evidente que mi cuerpo es uno de esos objetos al que tengo acceso a través de los sentidos. Es este contexto, por tanto, la certeza sobre  los cuerpos sigue estando, de momento, sometido a la duda metódica.

2ª Meditación





































ACERCA DEL SENTIR

Lo mismo que se ha dicho sobre el cuerpo vale tambien para todo tipo de sensación.

2ª Meditación





































ACERCA DEL PENSAR
En relación con el pensar la cuestión cambia. Descartes es consciente de que está ante una verdad evidente que ni el mayor de los poderosos genios malignos podría hacerle cuestionar. Estoy seguro, señala Descartes, de que tengo la capacidad de pensar.
2ª Meditación





































UNA COSA QUE PIENSA

Descartes, despues de haber percibido la certeza indubitable de que existe como algo que piensa, se pregunta acerca de la naturaleza de ese algo. ¿Qué soy yo? En estos momentos de su investigación su respuesta es clara: no puedo decir que sea un cuerpo,  puesto que tal certeza sigue aún prisionera de la duda metódica. Unicamente estoy seguro de que tengo pensamientos. Esto le lleva a concluir que, con certeza, es un ser pensante,  una cosa que piensa (res cogitans).  

2ª Meditación





































 

MODOS DE PENSAR
Más adelante, Descartes, diferenciará entre modos de pensamiento e imágenes de las cosas con el objeto de señalar que sobre los primeros no tiene sentido decir que son verdaderos o falsos. Pues bien, en estos momentos está haciendo referencia a la base que le permitirá establecer tal distinción. La evidendia del pensamiento y la certeza de ser una cosa que piensa, quiere decir que, de lo Descartes está totalmente seguro, es que en él existe una facultad (modo de pensar) que le permite pensar, sentir, dudar, querer, etc. Puede ser que los objetos sobre los que piensa, siente, duda, quiere sean falsos; pero lo que es absolutamente cierto es que posee estos modos de pensar (facultades) que le permiten ejercer tal función.


2ª Meditación