Meditaciones Metafísicas
(5ª Meditación)


Descartes (1596-1650)

ARGUMENTO ONTOLÓGICO

Me queda mucho por investigar sobre los atributos de Dios, y sobre la naturaleza de mí mismo o de mi alma; quizá lo intente en otra ocasión, pero ahora nada me parece más urgente.......que intentar hacer emerger la duda en que caí anteriormente y ver si puede ser conocido algo cierto sobre las cosas materiales. Primeramente, antes de averiguar si existen tales cosas fuera de mí, debo considerar sus ideas en tanto que existen en mi pensamiento, y ver cuáles entre ellas son definidas y cuáles confusas. Me imagino definidamente la cantidad...o la extensión de esa cantidad...Y no solamente estas cosas, vistas en general, me son conocidas y obvias, por poca atención que preste,sino que tambien percibo un sinfín de particularidades como la figura y el movimiento........Pero lo que me parece que ahora he de tratar especialmente es el hecho de que encuentro en mí inumerables ideas de ciertas cosas que, aún cuando tal vez no existan fuera de mí, no se puede decir por ello que no sean nada..........Cuando, por ejemplo, me imagino un triángulo, aunque quizá tal figura no exista fuera de mí pensamiento en ninguna parte, posee sin embargo una determinada naturaleza, o esencia, o forma, inmutable y eterna que ni ha sido creada por mí ni depende de mi mente; como se evidencia del hecho de que se puedan demostrar varias propiedades de este triángulo, a saber, que sus tres ángulos son iguales a dos rectos.
Si sólo por el hecho de poder extraer de mi pensamiento la idea de cualquier cosa se sigue que todo lo demás que percibo claramente referente a ella se refiere a ella en realidad, ¿no se puede obtener de aquí un argumento para probar la existencia de Dios? Ciertamente encuentro no menos en mí su idea, es decir, la de un ente sumamente perfecto, que la idea de cualquier figura o número; y me doy cuenta de que no menos clara y definidamente atañe a su naturaleza el que siempre exista, que lo que demuestro de un número o de una figura atañe a la naturaleza de ellos......; por lo tanto, en el mismo grado de certeza debería estar en mí la existencia de Dios que lo estuvieron hasta ahora la verdades matemáticas. Con todo, esto no es evidente a primera vista, sino que incluso tiene una cierta apariencia de sofisma. Estando acostumbrado a separar en las demás cosas la existencia de la esencia, me persuado facilmente de que aquélla se puede separar de la esencia de Dios, y que por tanto se puede pensar en un Dios como no existente. Sin embargo, si se presta un poco más de atención, aparece manifiestamente que la existencia no menos puede separarse de la esencia de Dios que de la esencia del triángulo la magnitud de los tres ángulos iguales a dos rectos, o de la idea de monte o de la idea de valle,de modo que no menos repugna pensar en Dios (es decir, en un ente sumamente perfecto), a quien falte la existencia, (es decir, al que le falte una perfección), que pensar un monte a quien falte un valle. Con todo, ...........del mismo modo que del hecho de que piense un monte con un valle no se sigue que exista algún monte en el mundo, así del hecho de que piense a Dios como existente no se sigue que Dios exista. Mi pensamiento no impone ninguna necesidad a las cosas; y así como es posible imaginar un caballo alado aunque ningún caballo tenga alas, de igual modo puedo quizás atribuir a Dios la existencia, aunque no exista ningún Dios. Muy al contrario, está oculto aquí un sofisma: puesto que del hecho de no poder pensar un monte sin valle no se sigue que exista en parte alguna el monte o el valle, sino tan sólo que el monte y el valle no se pueden separar mutuamente, existan o no. Por tanto, del hecho de no poder pensar a Dios privado de existencia, se sigue que la existencia es inseparable de Dios, y consiguientemente, que Éste existe en realidad; no porque lo cree mi pensamiento o imponga una necesidad a alguna cosa, sino porque la necesidad de la cosas misma, es decir, de la existencia de Dios, me obliga a pensarlo: ya que no tengo libertad de pensar a Dios sin existencia, así como tengo libertad de imaginar un caballo con alas o sin ellas.
En lo que se refiere a Dios.............nada reconocería yo antes más facilmente que a Él; porque ¿qué hay más manifiesto que el hecho de que existe un ente sumo o Dios cuya esencia es la única a la que pertenece la existencia?..................Además advierto que la certidumbre de las demás cosas depende hasta tal punto de esto mismo, que sin ello nada puede jamás conocerse de un modo perfecto. Pues aunque soy de tal naturaleza que, mientras estoy percibiendo algo clara y definidamente, no puedo no creer que no sea verdad, no obstante, puesto soy al mismo tiempo de una naturaleza tal que no puedo fijar mi atención siempre en la misma cosa para percibirla claramente, y que reaparece con frecuencia el recuerdo.....se puede aducir que si yo no conociése a Dios me harían cambiar de opinión fácilmente, de modo que no tendría de ninguna cosa una ciencia verdadera y cierta, sino tan sólo opiniones vagas y mudables. Asi, por ejemplo, cuando considero la naturaleza del triángulo, me es absolutamente evidente que sus tres ángulos son iguales a dos rectos, y no puedo no creer que esto sea verdad mientras estoy atento a su demostración; pero tan pronto como aparto mi atención de ella por más que recuerde que la he comprendido muy claramente, puede suceder con facilidad que dude que sea verdadera, en el caso que ignore que Dios existe.Me puedo en efecto persuadir de que he sido creado de tal modo por la naturaleza, que me engañe de cuando en cuando en las cosas que me parece percibir con la máxima evidencia....Pero una vez que he percibido que Dios existe.......y de que no es engañador..........resulta que, aunque ya no siga atendiendo a las razones por las que he juzgado que esto es verdad, sólo con que recuerde haberlo percibido clara y definidamente, no se puede aducir ningún argumento en contra que me induzca a dudar.................Por lo tanto, veo que la certidumbre y la verdad de toda ciencia dependen tan sólo del conocimiento de Dios, de modo que nada podría conocer perfectamente antes de que lo hubiera conocido a él.
Descartes. Meditaciones metafísicas. 5ª meditación.
DESCARTES


SECCIÓN 1
Test1
Test2

Juego

SECCIÓN 2

Meditación1
Meditación2
Meditación3
Meditación4
Meditación6

SECCIÓN 3
Recursos
Principal






































COSAS MATERIALES
Despues de haber demostrado la existencia de Dios, en la
3ª Meditación, y despues de haber tratado sobre la verdad y la falsedad en la, Descartes, continúa con sus reflexiones. Dado que unicamente está seguro del Cógito y de la existencia de Dios, comienza esta 5ª Meditación señalando si, sobre esta base, sería posible conocer algo cierto sobre las cosas materiales, acerca de las cuales sigue existiendo duda.
5ª Meditación





































IDEAS DE LAS COSAS MATERIALES

Pero algo se interpone en el camino de la investigación sobre la certeza de las cosas materiales. Y es que Descartes descubre que, además de la existencia de las cosas materiales, parece que existen en él ideas que se refieren a esas cosas.  

5ª Meditación





































IDEAS DEL PENSAMIENTO

Las ideas que se refieren a las cosas no existen como tales cosas sino como realidades puramente inmateriales presentes en el pensamiento y que representan a cosas. Lo que sucede es que, como veremos más adelante, tales ideas representan cosas que no necesariamente tienen que existir realmente. Y, sin embargo, tales cosas y sus ideas tienen sentido y son importantes para el conocimiento.

5ª Meditación





































DEFINIDAMENTE
Las ideas que existen en el pensamiento y se refieren a las cosas pueden ser claras y definidas u oscuras e indefinidas. Son ideas claras,  que están presentes en las cosas como cualidades primarias, la extensión, la figura y el movimiento. Son ideas menos claras, ya que solamente existen en las cosas porque hay un sujeto que las percibe, el sonido o el color, los cuales constituyen cualidades secundarias.

5ª Meditación





































COSAS NO EXISTENTES FUERA DE MÍ
Las ideas, de las que habla Descartes, existen en el pensamiento y se refieren a cosas que puede ser que no tengan una existencia real fuera de él y que, sin embargo, no se puede decir, por ello, que sean nada.

5ª Meditación





































EL TRIÁNGULO

El tríangulo es un ejemplo, del que se sirve Descartes, para hacer referencia a una cosa que no tiene existencia real fuera de él mismo y que, sin embargo, no podemos decir de él que sea nada. Posee una determinada naturaleza o esencia, inmutable y eterna, que no ha sido creada por la mente, y que, sin embargo, se pueden demostrar varias propiedades suyas, como, por ejemplo, que sus tres ángulos son iguales a dos rectos.

5ª Meditación





































EXTRACCIÓN
Descartes refiere aquí como es posible, con ideas presentes unicamente en el pensamiento, ya que las cosas a las que se refieren parecen no tener una existencia real, poder deducir otras ideas claras y distintas que se refieren a esa cosa.

5ª Meditación





































OTRA PRUEBA SOBRE EXISTENCIA DE DIOS
Descartes se pregunta ahora, partiendo del hecho de que tiene ideas en su pensamiento que se refieren a cosas que no ve como existentes en la realidad, y que, sin embargo, son algo; si no sería posible obtener, sobre esta base, otro argumento para demostrar la existencia de Dios.

5ª Meditación





































SER SUMAMENTE PERFECTO
Descartes afirma aquí que, del mismo modo que tiene en sí una idea de triángulo, aún no existiendo tríángulos en el mundo, pero del cual puede conocer muchas de sus propiedades, tambien parece tener una idea, en su pensamiento, que representa a un ser sumamente perfecto.

5ª Meditación





































GRADO DE CERTEZA
Descartes señala aquí que, del mismo modo que está totalmente cierto de que, en un triángulo, sus dos ángulos son iguales a dos rectos, tambien lo está de que un ser absolutamente perfecto tiene que existir necesariamente. Estamos en el inicio del denominado argumento ontológico cartesiano.

5ª Meditación





































SOFISMA1
Se inicia ahora una cuestión esencial del argumento ontológico. Descartes acaba de afirmar que por tener en sí la idea de un ser sumamente perfecto hay que deducir que tal ser existe. Si no fuera así, entonces ya no sería absolutamente perfecto al faltarle algo (en este caso la existencia). Ahora bien, Descartes es consciente que en esta forma de argumentar puede esconderse un sofisma ya que parece implicar que se está dando por establecido que el conocimiento de la esencia de algo lleva implicito su existencia. Por ello, Descartes, comienza estableciendo que pensar en Dios (esencia) no implica necesariamente que exista.
5ª Meditación





































SEPARACIÓN ESENCIA-EXISTENCIA
Según Descartes, lo que parecía ser un sofisma deja de serlo si se entiende lo que se quiere decir cuando cuando se habla de esencia y de existencia. Es evidente que cuando tenemos la idea de triángulo (esencia) ello no implica que éste exista (existencia). Unicamente sabemos de modo claro y distinto que, por ejemplo, sus tres ángulos son iguales a dos rectos. Por consiguiente no podemos separar de su esencia el que sus tres ángulos sean iguales a dos rectos. En el caso de Dios, sin embargo, la idea que tengo de él es la de un ser sumamente perfecto. Pues bien, en este caso la esencia no puede separarse de la existencia ya que entonces no sería lo más perfecto. Por lo tanto, sería tan contradictorio negar la existencia a un ser perfecto como negar que en un triángulo sus dos ángulos son iguales a dos rectos.
5ª Meditación





































MONTE Y VALLE
Es cierto que si pensamos en un monte (esencia) ello no implica que tal monte exista (existencia). Por lo tanto, esencia y existencia no están necesariamente identificados. Del pensamiento de un monte unicamente se sigue como algo necesario que, exista o no exista, nunca podría separarse de un valle. Pero el monte (del mismo modo que el triángulo ) no se define por ser algo absolutamente perfecto. Si lo fuera, como es el caso de Dios, entonces la esencia implicaría su existencia.
5ª Meditación





































PENSAMIENTO Y NECESIDAD
El pensamiento no impone ninguna necesidad a las cosas. Ello quiere decir que, según Descartes, por el hecho de tener una idea (esencia), no se sigue que tal idea exista (existencia). Ahora bien, puede ser, como sucede con Dios, que la cosa misma imponga su necesidad al pensamiento. 
5ª Meditación





































SOFISMA2
Ahora el sofisma, contrariamente a lo descrito al hablar del primer sofisma, consiste en negar que esencia y existencia puedan ir juntos. Es cierto que si pienso en un triángulo, o en un monte, no se sigue que tal triángulo y tal monte existan.  El pensamiento no impone su necesidad a las cosas. Ahora bien, si alguien acepta que tiene en su mente la idea de un ser perfecto y, al mismo tiempo niega que tal ser existe, entonces está cometiendo un sofisma.
5ª Meditación





































EXISTENCIA INSEPARABLE DE DIOS
La existencia, como principio, no tiene porque ir necesariamente unida a la esencia. Pero en el caso del ser absolutamente perfecto estamos ante una excepción a la regla. En Dios, en tanto ser perfecto, su esencia implica necesariamente su existencia.
5ª Meditación





































NO TENGO LIBERTAD
No tenemos libertad para pensar en Dios como no existente pues estamos prisioneros de la coherencia lógica. Si aceptamos que existe en nuestra mente la idea de un ser perfecto, entonces no tenemos libertad para negar su existencia, a no ser que nos contradigamos logicamente.
5ª Meditación





































ENTE SUMO
La existencia de la idea del ente sumamente perfecto, implica necesariamente su existencia. Como ya decía S. Anselmo, el ens quo maior cogitare non potest, implica necesariamente su existencia. Y tal existencia no puede ser unicamente mental. Si lo fuera, entonces no sería lo más perfecto ya que la faltaría la existencia real. Descartes, participa tambien de esta idea en su argumento ontológico, pero añadiendo algo más: si alguien acepta que tiene en su mente la idea de un ser perfecto y, al mismo tiempo niega su existencia, entonces se contradeciría del mismo modo que aquel que dice comprender lo que es un triángulo y, la mismo tiempo, niega que tiene 3 lados o que sus ángulos son iguales a dos rectos.
5ª Meditación





































CERTIDUMBRE DE LAS COSAS MATERIALES
Despues de haber demostrado, con el argumento ontológico, que Dios existe, Descartes, plantea de nuevo la cuestión ya descrita al inicio de la 5ª meditación: el problema de la certidumbre de las cosas materiales.
5ª Meditación





































ESTAR ATENTO
La existencia de Dios hace desaparecer la duda sobre la certeza de las cosas materiales y de las verdades matemáticas. Es cierto -señala Descartes - que, cuando no estoy atento a una demostración matemática, puede plantearse la duda acerca de si sigue siendo cierta. Pues bien, tal duda desaparece cuando se que existe Dios pues estoy convencido de que me ha creado con la  convicción de que debo aceptar, como verdaderas, todas aquellas cosas que, en algún momento, haya visto como claras y distintas.
5ª Meditación





































DESAPARICIÓN DE LA DUDA
La duda deja de tener sentido al haber demostrado que Dios existe y al ser consciente de que existen cosas evidentes a las que puedo llegar a través de la razón.
5ª Meditación





































DIOS NO ENGAÑADOR
La hipótesis del genio maligno desaparece al haber demostrado  la existencia de Dios. Este se convierte ahora en un Dios no engañador.
5ª Meditación





































RECUERDO
Cuando nos entre algún tipo de duda sobre la certeza de alguna cosa, unicamente tenemos que recordar si la verdad sobre esa cosa la hemos percibido de un modo claro y distinto. Si efectivamente ha sido así, entonces debemos confiar en nuestra naturaleza ya que Dios nos ha creado con la capacidad racional suficiente para poder descubrir verdades indubitables.
5ª Meditación





































NINGÚN CONOCIMIENTO SIN DIOS
Notar que aquí Descartes, al señalar que NADA podríamos conocer antes de conocer a Dios, parece caer en un círculo vicioso. Y es que esta afirmación contradice su propia filosofía; ya que, en el desarrollo de la misma, ha sido la certeza del cógito la que le ha conducido a la existencia de Dios. Lo que sucede es que, ahora, parece estar afirmando que unicamente es el conocimiento de Dios lo que nos podría llevar al conocimiento del cógito. Con otras palabras, Descartes, parece estar diciendo: para llegar a Dios tengo que partir de la evidencia del cógito; ahora bien, no puedo tener la certeza del cógito a no ser que tenga en mí la idea de Dios. ¡Vaya marrón!

5ª Meditación