ACERCA DE LA MANSEDUMBRE

La mansedumbre es un término medio respecto de la ira ...... El exceso podría llamarse irascibilidad, la pasión es, en efecto, la ira, pero sus causas son muchas y diversas.  El que se encoleriza por las cosas debidas y con quien es debido, y además como, cuando y por el tiempo debido, es alabado.. Este sería manso, si la mansedumbre es digna de elogio: porque el que es manso quiere estar sereno y no dejarse llevar por la pasión, sino encolerizarse como la razón lo ordena y por esos motivos y durante ese tiempo. Pero parece más bien pecar y por defecto porque el manso no es vengativo, sino malo bien indigente. El defecto ya consista en una incapacidad de encolerizarse o en otra cosas es censurado. Los que no se irritan por lo debido son, en efecto, tenidos por necios, así como los que lo hacen como y cuando no deben y por las  causas que no deben Un hombre así parece que no siente ni padece, y que, al no irritarse, no es tampoco capaz de defenderse, y el soportar la afrenta o contemplar impasible la de los suyos es cosa servil. El exceso puede producirse en todos esos puntos ( con quienes no se debe, por motivos indebidos, más de lo debido, antes y por más tiempo de lo debido ), pero no se da en todos estos sentidos a la vez en la misma persona. No sería posible, porque el mal se destruye incluso a sí mismo, y cuando es completo es insoportable. Así  los irascibles se encolerizan pronto, con quienes no deben, por motivos que no deben y más de lo que deben, pero su ira termina pronto: es lo mejor  que tienen. Esto les ocurre porque no contienen su ira, sino que responden manifestándola por su impulsividad, y luego se aplacan. Los coléricos son en exceso precipitados y se irritan contra lodo y por cualquier motivo, de ahí su nombre. Los amargados, son difíciles de calmar y se irritan por mucho tiempo, porque contienen su coraje. Este cesa cuando responden, pues, pues la venganza pone fin a la ira produciendo un placer que sustituye al dolor. Pero si esto no ocurre llevan el peso de su su ira, pues como no se manifiesta exteriormente nadie intenta aplacarlos, y hace falta tiempo para digerir la cólera en uno mismo. Los de esta índole son las personas más molestas para sí mismos y para los que más las quieren ..... Quedan, pues, tratadas las disposiciones relativas a la ira.
(
Aristóteles. Etica a Nicómaeo. Libro IV. 5 )

Presentación