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       Difícilmente existe nadie que no
      advierta algo extraño y extravagante en las opiniones, en los
      razonamientos y en los actos de los hombres.....Esto
      no procede totalmente del amor propio, aunque frecuentemente sea uno de
      sus focos principales. Los hombres de mente equitativa y que no tienden a
      exagerar su propia estimación, frecuentemente son culpables de esto; y en
      muchos casos uno escucha asombrado las peleas y queda sorprendido con la
      obstinación de un hombre de mérito que no cede a la evidencia de la razón,
      aunque sea ésta tan clara como la luz del día.....Esta clase de sinrazón
      se imputa generalmente a la educación y a los prejuicios y, en la mayor
      parte de los casos, con razón; pero esto no alcanza al fondo del mal, ni
      muestra con suficiente claridad de manera suficiente de dónde procede, o
      en qué radica. A menudo se asigna correctamente la educación como la
      causa, y el prejuicio como el nombre general que designa la cosa misma;
      pero me parece que, sin embargo, se deberá penetrar un poco más en el
      fondo por parte de quien desee avanzar más en esta clase de locura, hasta
      alcanzar las raíces de donde brota, y poder explicarla, mostrando el
      origen de semejante defecto en hombres muy equilibrados y racionales.....Se
      me perdonará el que emplee un nombre como el de demencia, cuando se
      considere que la oposición a la razón merece realmente ese nombre, y que
      ésta constituye una demencia..... 
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       Descubrí que brota precisamente de
      la misma raíz y que depende de la misma causa de la que hemos estado
      hablando..... Y realmente como es una debilidad que todos los hombres
      tienen, una corrupción que tan universalmente infecta al género humano,
      entonces se deberá poner mayor empeño en sancionarla con su verdadero
      nombre, para poder prevenirla y remediarla de la mejor manera posible......
      Algunas de nuestras ideas tienen una correspondencia natural y una conexión
      entre sí..... Existe, además, otra conexión de ideas que tiene su
      origen en el azar o en la costumbre, de manera que las ideas que en sí
      mismas no tienen ningún parentesco llegan a quedar vinculadas de tal
      manera en la mente de los hombres que resulta muy difícil separarlas:
      siempre van juntas, y tan pronto como una de ellas entra en el
      entendimiento, aparece su asociada, y si por esta circunstancia son más
      de una las que se encuentran allí unidas, todas las demás, que le son
      inseparables, se le juntan.....Tan fuerte es esta combinación de ideas,
      no establecida por la naturaleza, que la mente la hace en sí misma, bien
      por su voluntad, bien por el azar; y de aquí suele ocurrir que, en
      hombres diferentes, estas combinaciones se muestran como muy diferentes,
      de acuerdo con sus diferentes inclinaciones, su educación, sus intereses,
      etc. La costumbre establece hábitos de pensamiento en el entendimiento,
      de la misma manera que produce determinaciones en la voluntad y
      movimientos en los cuerpos....Que realmente tales asociaciones, producidas
      por la costumbre, existan en la mente de la mayoría de los hombres, me
      parece que es algo que nadie, después de haberse considerado
      correctamente a sí mismo y a los demás, pondrá en duda; y a esto quizá
      es a lo que con justicia se podría atribuir la mayor parte de las simpatías
      y antipatías encontradas en los hombres, las cuales actúan tan
      fuertemente y producen efectos tan regulares como si fueran naturales....Esta
      conexión errónea en nuestra mente de ideas que por sí mismas son
      independientes las unas de las otras tiene tal influencia y tanta fuerza
      para descarriarnos en nuestros actos morales y naturales, y en nuestras
      pasiones, razonamientos y nociones, que tal vez no exista ninguna cosa que
      en sí misma merezca tanto cuidarse. 
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       Las ideas de fantasmas y espíritus
      no guardan en realidad más relación con la oscuridad que con la luz;
      pero es suficiente con que una descuidada nodriza inculque con frecuencia
      esas ideas en la mente de un niño, y las cultive allí para que el niño
      no pueda separarlas ya mientras viva: en adelante, la oscuridad siempre
      traerá consigo aquellas ideas espantosas, y no podrá soportar más la
      una que la otra....Un hombre recibe una grave injuria de otro y piensa
      continuamente en ese hombre y en esa acción, de manera que, con tanto
      darle vueltas a la una y a lo otro, llega a unir de
      tal manera esas ideas que acaba convirtiéndolas en una sola, no pensando
      nunca en ese hombre sin que el dolor y la afrenta que sufrió lleguen a su
      mente de tal manera que apenas pueda separar lo uno de lo otro, sino que,
      por el contrario, siente igual aversión por ambos. De esta manera es como
      ocurre que se origine, en ocasiones de poca consideración e inocentes,
      odios, que se propagan y continúan en el mundo a través de tendencias.....Un
      hombre ha sufrido un dolor o una enfermedad en cualquier lugar, o vio
      morir a su amigo en una habitación determinada. Aunque estas cosas nada
      tengan que ver naturalmente entre sí, sin embargo, cuando acude a su
      mente la idea del lugar, lleva consigo (una vez que se ha formado la
      impresión) la del dolor y la de la pena, por lo que tan mal soporta la
      una como la otra.....Un amigo mío conoció a un
      hombre que había sanado totalmente de la rabia por medio de una operación
      difícil y dolorosa. El caballero que así curó, con gran sentimiento de
      gratitud y reconocimiento, admitió toda su vida que su curación era el
      mayor favor que jamás pudo recibir; pero, a pesar de la gratitud que sus
      razonamientos le sugerían, nunca pudo soportar la presencia del que lo
      operó, ya que su imagen traía consigo la idea de su agonía, que era
      demasiado poderosa e intolerable para que pudiera soportarla..... Como
      muchos niños achacan las penas que sufren en la escuela a los libros por
      los que fueron castigados, unen de tal modo esas dos ideas que todo libro
      les provoca una aversión, y nunca llegan a reconciliarse con el estudio y
      el uso de los libros en toda su vida, convirtiéndose así la lectura en
      un tormento en lugar de en el placer que les llenara parte de sus vidas.
      Existen habitaciones, bastante cómodas, en las que determinados hombres
      no pueden estudiar, y hay copas de cierta forma en las que no quieren
      beber, por más limpias y adecuadas que sean; y eso ocurre porque algunas
      ideas accidentales se han unido a esas cosas haciéndolas ofensivas. ¿Y
      quién no ha observado a algunos hombres que se acobardan ante la
      presencia o compañía de otros que en modo alguno son superiores,
      solamente porque en algún momento lo fueron? Y es que la idea de
      autoridad y de distanciamiento van unidas a las de esas personas, por lo
      que quien así se vio minusvalorado no es capaz de separar ambas ideas.....
      Son tantos los ejemplos de esta clase que si añado uno más es solamente
      por su curiosa singularidad. Es éste el de un joven caballero que,
      habiendo aprendido a bailar con gran perfección, lo hizo en un cuarto
      donde existía un viejo baúl. Tanto se mezcló la idea de esta pieza de
      su mobiliario con las evoluciones y pasos de sus bailes, que, aunque podía
      danzar con gran perfección en ese cuarto, solamente era capaz de hacerlo
      cuando estaba el viejo baúl; y tampoco podía hacerlo en ningún otro
      lugar, a no ser que ese baúl u otro semejante estuviera situado en un
      lugar similar de la habitación. Si este relato pareciese sospechoso de
      haber sido adornado con algunas circunstancias cómicas que exceden lo
      natural, debo advertir que me lo refirió hace años un hombre muy serio y
      digno de crédito, quien lo había presenciado tal y como yo lo he
      narrado. Y me atrevo a afirmar que muy pocas serán las personas
      inquisitivas que lean esto que no hayan tenido noticia, si no fueran
      testigos, de ejemplos que puedan compararse a éste por su naturaleza o
      que lo justifiquen. Cuando se establece esta
      combinación y en tanto se mantiene, la razón se muestra impotente para
      ayudarnos y aliviarnos de sus efectos. Las ideas en nuestras mentes,
      mientras estén allí, no pueden operar sino según su naturaleza y de
      acuerdo con las circunstancias. Así vemos la causa por la que el tiempo
      cura ciertos desórdenes que la razón no puede sanar ni puede hacerse oír
      a otras personas que en otras circunstancias se mostrarían dispuestas a
      escuchar. La muerte de un niño, el cual constituía el encanto diario y
      la alegría para los ojos y el alma de la madre, priva a su corazón de
      toda alegría vital infringiéndole un tormento desgarrador. Empléese en
      este caso cualquier medio de consuelo que la razón nos pueda ofrecer, y
      comprobaremos que es como predicar
      tranquilidad a un hombre en el potro del tormento, esperando que nuestros
      razonamientos puedan aliviar el dolor que le causa la dislocación de sus
      miembros. En tanto el tiempo no haya separado por desuso, de la mente de
      esa madre afligida, el sentido de gozo, que ha perdido, alejándola de la
      idea de su hijo que le vuelve a la memoria, todo lo que se le quiera
      representar resultará inútil, por muy razonable que sea. Por eso sucede
      que las personas en las que la unión de semejantes ideas nunca llega a
      disolverse pasan sus días amargadas, y llevan su dolor incurable hasta la
      tumba.  | 
  
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       Los hábitos y los defectos
      intelectuales que se contraen de esta manera no son menos frecuentes ni
      poderosos aunque pasen más desapercibidos. Basta que las ideas de ser y
      de materia estén fuertemente unidas, bien por los efectos de la educación,
      bien por el mucho meditar sobre ellas. Y mientras esa combinación se
      mantenga en la mente, ¿qué nociones, qué razonamientos podrán hacerse
      sobre los espíritus separados. Basta con que la costumbre, desde la
      infancia, una la figura y la forma a la idea de Dios y ¿qué absurdos no
      serán a los que esa mente esté expuesta sobre la divinidad? Basta que la
      idea de la infalibilidad se una inseparablemente a la de una persona para
      que ésta se apodere totalmente de la mente, y entonces la noción de un
      solo cuerpo presente en dos lugares a la vez se admitirá como una verdad
      fuera de toda duda, siempre que aquella persona hacia la que se tiene una
      fe implícita de infalibilidad dicte y exija sin más averiguación el
      asentimiento. Se encontrará que algunas combinaciones equivocadas y no
      naturales de ideas, son las que establecen las oposiciones
      irreconciliables entre las distintas sectas de filosofía y religión;....
      es decir, algunas ideas independientes que no tienen ningún vínculo
      entre sí, pero que se han acoplado de tal manera en la mente a través de
      la educación, del uso y del empleo constante de sus partidarios, que
      aparecen allí siempre unidas; y éstas no se pueden separar en sus
      pensamientos más que si se tratara de una sola idea, y operan como si
      realmente lo fuesen. Esto es lo que da sentido a tanta jerga, a tan
      demostración de absurdos y a tanto sin sentido, y es, como ya he dicho,
      el mayor cimiento en que se basan todos los errores del mundo. 
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